Tecnología sostenible, un reto actual de compromiso con el futuro

Aunque sortear las consecuencias que está teniendo la crisis por la COVID-19 se ha convertido en una de las principales prioridades de toda empresa, mantener la mirada en la emergencia climática sigue siendo crítico. La conciencia sobre esta crisis aumenta día a día y, en el sector TI, empezamos a ver importantes iniciativas en pos de una tecnología sostenible en las que el canal de distribución se debe involucrar.

La tecnología está cobrando un papel cada vez más importante a la hora de dar respuesta a los desafíos que representa la emergencia climática, el calentamiento global en nuestro planeta y el firme compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados.

Cada vez existe mayor concienciación sobre este enorme reto al que nos enfrentamos y vemos importantes acciones de innovación en esta línea por parte de las empresas del sector TI apostando por una tecnología sostenible. Los coches eléctricos, la apuesta por tecnologías en la nube con centros de datos cada día más verde o la digitalización de los procesos, por ejemplo, son tendencias en alza.

No obstante, aún se requieren importantes esfuerzos en muchos frentes abiertos en el sector tecnológico, por ejemplo, para una mejor gestión de los residuos tecnológicos, o para garantizar que la gran cantidad de energía necesaria para alimentar grandes centros de datos proceda de fuentes de energía renovables. Cada acción individual puede parecer insignificante, pero su impacto colectivo es inmenso.

Aumento de la basura tecnológica

Sin duda, uno de los grandes retos a abordar es el referente a la basura tecnológica generada y que tantos daños causa a la salud y el medio ambiente, especialmente por el mercurio, plomo, cadmio y cromo. En 2019 alcanzamos un nuevo récord, llegando a los 53,6 millones de toneladas generadas a nivel mundial, 12 millones de los cuales procedían de Europa. Una cifra que, año tras año, marca un nuevo hito y que lleva a pronosticar, según los datos del Global E-waste Monitor 2020, que estos desechos de equipos eléctricos, electrónicos, pilas y baterías, entre otros, podría alcanzar los 74 millones de toneladas en 2030.

España lidera el el reciclaje de aparatos electrónicos por encima de la media europea

La mayoría de los desechos de este tipo no se quedan en países desarrollados, sino que se envían a vertederos en territorios pobres, principalmente a Ghana, Nigeria e India a pesar del tratado firmado en la Convención de Basilea de Naciones Unidas para regular el envío de basura tecnológica a países del tercer mundo que no cuentan con la infraestructura necesaria para gestionar estos desechos.

En nuestro país, un reciente informe de Recyclia sobre las tendencias en la industria del reciclaje de residuos de aparatos electrónicos apunta un crecimiento continuado ante la creciente digitalización de la sociedad. Se trata de algo que, sin duda, quedará reflejado en las cifras de 2020, aún no publicadas, como consecuencia de la situación creada por la pandemia COVID-19 y el aumento del consumo de contenidos digitales y, por ende, de dispositivo.

De hecho, y según dicho informe, el objetivo mínimo de recogida establecido para 2019, de 9,22 kilos por habitante, esto es, 430.600 toneladas, crecerá hasta las 489.400 toneladas en 2020, dato que aún debe recabarse.  La buena noticia es que nuestro país, desde 2017, lidera el reciclaje de este tipo de residuos frente a la media europea, situándose, concretamente, 8,2 puntos porcentuales por encima de ésta. Sin embargo, solo el 17,4% de la basura electrónica generada en 2019 se recogió y recicló.

El aumento del consumo de equipos eléctricos y electrónicos sigue incrementando año tras año las cifras de basura tecnológica, algo ante lo que algunas empresas ya han empezado a reaccionar. Es el momento de la economía circular, un modelo que apuesta por una producción y consumo más responsable apostando por alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos todas las veces que sea posible, alargando su ciclo de vida.

Reducir la huella ambiental

Existen algunas propuestas innovadoras para reducir nuestra huella de basura electrónica. Por ejemplo, en Alemania, el Partido Verde propuso una original idea para reducir los residuos electrónicos y, a aquellas personas que reciclasen sus teléfonos móviles, se les reintegraban 25 euros.

Además, la Unión Europea introdujo el pasado 1 de marzo el llamado “derecho a reparar” que obliga a las empresas a que los electrodomésticos puedan repararse, al menos, hasta transcurridos 10 años desde su compra. Asimismo, las piezas de repuesto de estos electrodomésticos deberán ser fáciles de conseguir.

También existen alternativas como, por ejemplo, la de Fairphone, que intenta utilizar materiales más sostenibles y desarrollar productos con una vida útil más larga y más fáciles de reparar. O incluso ha surgido un mercado de venta reacondicionada que da impulso a esta economía circular.

Iniciativas como recompensar por reciclar favorece utilizar los recursos de forma más eficiente

En nuestro país también comenzamos a ver iniciativas de este tipo como la experiencia piloto puesta en marcha por Recyclia en Getxo (Vizcaya), como parte del proyecto europeo ‘Circ4Life’, con un sistema de incentivos al ciudadano para el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos que ha provocado una mejora tanto en la cantidad como en la calidad de recogida en contenedores inteligentes. Con esta recompensa al ciudadano, además de favorecer su reutilización y evitar su acumulación en el hogar, de todos los aparatos recogidos en esta localidad, el 4,3% fueron reutilizables, lo que supone un porcentaje superior frente al sistema de recogida tradicional.

Iniciativas sostenibles en el sector TI

La respuesta de las empresas tecnológicas a esta imperante necesidad de contribuir a mejorar el respeto medioambiental queda patente en las muchas iniciativas que ya se están poniendo en marcha. Veamos algunos ejemplos.

HP presentaba recientemente su programa HP Amplify Impact con el que, de la mano de su ecosistema de partners, y dentro de su estrategia 2030 para ser una empresa más sostenible y equitativa, les reconoce con una certificación especial y reconocimientos anuales participando en una evaluación de sostenibilidad e informando de oportunidades de venta, o si no disponen de un plan de sostenibilidad, colaborarán con HP para que les ayude a desarrollarlo.

HP Planet Partner ayudó a generar más de mil millones de dólares en nuevas ventas

Pero este programa no es la única iniciativa en la que trabaja HP. La corporación lleva años motivando acciones para involucrar a su canal en el cuidado al medio ambiente. Por ejemplo, HP Planet Partner en el entorno de la impresión o la fabricación de dispositivos con materiales reciclados. En 2020, este programa ayudó a generar más de 1.000 millones de dólares en nuevas ventas.

Amazon también se encuentra entre las grandes tecnológicas que hace gala de su compromiso sostenible. Esta misma semana, el propio Jeff Bezos anunciaba que la compañía ya es el mayor comprador corporativo de energía renovable en Europa, con más de 2,5 GW de capacidad renovable, suficiente para abastecer a más de dos millones de hogares europeos anualmente, y como parte de su esfuerzo por cumplir con The Climate Pledge, su compromiso de alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2040.

En el lado opuest nos encontramos con aquellas que aún no son conscientes del papel que desempeñan en tecnología sostenible, pese incluso a las multas. Tal es el caso de Apple, multada hace unos meses con 2 millones de dólares por no incluir en su iPhone 12 un cargador aludiendo que era para reducir el impacto ambiental y acabar con la basura tecnológica. La firma obviaba que los usuarios tuvieran que comprarlo aparte, con lo que el compromiso no resultaba tan real como quería hacer entender.

El reto de los centros de datos

En 2019, Gartner pronosticó que el 80% de los centros de datos tradicionales dejarían de existir en 2025. Sin embargo, el impacto de la COVID-19 ha conllevado un auge de la digitalización y, en consecuencia, los centros de datos se han convertido en instalaciones de misión crítica que necesitan crecer para dar respuesta a este aumento de la demanda.

Esta evolución obliga a los centros de datos a repensar su manera de operar y responder a las exigencias del usuario para ofrecer una mayor eficiencia y sostenibilidad. Los centros de datos representan casi el 40% del consumo total de electricidad a nivel mundial y se espera que la transición de la tecnología 4G a la 5G aumente esa cifra hasta cuatro veces más.

El objetivo es conseguir centros de datos neutros en carbono en 2030

Ante este panorama, y con HPE al frente, empezamos a ver los primeros pasos para mejorar la eficiencia de estos centros con los primeros servidores certificados de acuerdo con los rigurosos criterios de sostenibilidad en TCO Certified, que da como resultado productos más circulares.

La idea es ir avanzando para conseguir centros de datos neutros en carbono en 2030. Hay que tener en cuenta que el sector digital representa el 1,4% de las emisiones globales y los centros de datos tienen parte de esa responsabilidad. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), a finales de 2019 estas infraestructuras consumían cerca del 1% del consumo global de energía. Ahora, en un mundo cada vez más conectado, la demanda de estos centros crece.

Hace 10 años, Greenpeace aseguraba que, si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo. En el momento actual, esta afirmación cobra más fuerza que nunca ante el aumento del consumo y la generación de contenidos digitales, lo que hace necesario contar con centros de datos más innovadores y desarrollados con un enfoque sostenible.

En este sentido, recientemente, la industria europea de ‘cloud’ y del ‘data center’ estableció un pacto con el objetivo de conseguir la neutralidad de emisiones de CO₂ en los centros de datos en el año 2030. El Pacto de Centros de Datos Climáticamente Neutros es el primer compromiso de esta industria alineado con el Pacto Verde Europeo, y fue firmado por 17 asociaciones y 25 empresas europeas.

Compromiso medioambiental

No cabe duda de que todas estas iniciativas e innovaciones son pasos importantes para avanzar en la sostenibilidad medioambiental. Pero no son suficientes.

A la innovación tecnológica se le debe sumar una innovación y transformación cultural con una concienciación masiva de las consecuencias que ya está teniendo esta crisis climática y establecer un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad. El sector TI y las tecnologías sostenibles desempeñan un papel crucial, pero no son los únicos, por lo que es necesario ver esfuerzos en la misma línea a nivel gubernamental, corporativo, en todas las industrias, y personal.

Las empresas deben adoptar el mismo enfoque en sostenibilidad que en ganancias

El cambio solo será posible con la acción y llevando a cabo objetivos ambiciosos para reducir la huella ambiental. Dar el salto a la nube, reducir los viajes de negocios, fomentar el trabajo desde casa para minimizar los desplazamientos, elegir calefacción eléctrica frente al gas para las oficinas… La lista de acciones que pueden realizarse no tiene fin y debemos buscar continuamente formas nuevas y sostenibles de hacer las cosas como parte de nuestro compromiso con el medio ambiente.

Las empresas de hoy deben adoptar el mismo enfoque en la sostenibilidad que en las ganancias. Iniciativas en la industria TI como Techies Go Green, que tiene como objetivo crear conciencia mientras informa al público sobre lo que están haciendo las empresas de tecnología para abordar el cambio climático, es un buen ejemplo.

Con un compromiso de lograr la neutralidad de carbono en tres años, las empresas identifican las acciones positivas necesarias para conseguirlo, un claro ejemplo más de cómo está avanzando el sector TI aunando responsabilidad, innovación, tecnología y compromiso para frenar la emergencia climática e impulsar tecnologías verdaderamente sostenibles.

Imagen inicial | Aaron Burden