A la espera de que durante la segunda mitad de año España reciba una primera partida de 27.000 millones de la UE provenientes de los 140.000 millones de euros de los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia, las empresas españolas ven con reticencias estas ayudas. De hecho, el 34% no se plantea optar a ellas y el 52% considera que la excesiva normativa y burocracia limitan su utilidad.
Los datos, provenientes de un estudio de Grant Thornton, demuestra que los directivos españoles miran a cierta distancia estos apoyos económicos. El 17% no son conscientes de que existen, pero no conocen el proceso para solicitarlas, y el mismo número (17%) asegura desconocer por completo el procedimiento para activar la solicitud.
En el otro bando, un 33% de empresarios de nuestro país declara conocer estos ejes de transformación y estar preparando su documentación para solicitar las ayudas. Sin embargo, otro 32% ya sabe que no cumple con los requisitos para optar a estos fondos, pese a ser plenamente conocedores de todos los trámites para solicitarlos.
Sin embargo, tal y como asegura González Luis, socio de Consultoría del Sector Público de Grant Thornton y miembro del equipo dedicado a fondos europeos de la Firma (NextGen GT):
A pesar de la inmensa cantidad de información publicada, el proceso de solicitud es una carrera de fondo y no acaba en la presentación de la documentación. En primer lugar, las empresas, públicas o privadas, medianas o grandes, deben buscar el proyecto adecuado y presentarlo, idealmente, a través de consorcios estratégicos. Conocer bien la Administración española y la estructura de las entidades públicas que vertebrarán estas ayudas también es esencial en el diseño inicial de los proyectos que optarán a financiación».
Aún así, la expectación empresarial ante los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia es muy elevada. Y es que hasta un 37% de empresas consultadas por Grant Thornton piensa que la falta de financiación es una de las principales limitaciones para su crecimiento futuro, por encima de la media europea (34%). Pero mayor aún es la preocupación que muestran los directivos con la excesiva normativa y burocratización en la gestión que rodea a estos fondos: la mitad de los empresarios (52%) considera que es un factor que limita la utilidad de estas ayudas, por encima de lo que piensan sus homólogos europeos (45%).
Fondos Europeos: fases y metolodogía
“Lo primero que hay que tener en cuenta es que este paquete no son ayudas directas a empresas, sino que su objetivo es financiar programas de reformas e inversiones que estén alineados con los cuatro ejes transversales de transformación definidos por el nacional estratégico España Puede, cuyas líneas maestras el Gobierno enviará a Bruselas antes del 30 de abril”, aclara Carlos González Luis.
Los cuatro vectores de transformación pasan por impulsar proyectos enmarcados en la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión territorial y social y una España con igualdad de oportunidades.
Aunque las ayudas se anunciaron en verano de 2020 y las fases ya están programadas, en la actualidad, las compañías todavía pueden seguir diseñando sus propuestas, pero, a la vez, es importante que comiencen a posicionarlas ante los distintos organismos financiadores que se ocuparán de vertebrar las ayudas y que usarán a vez distintos instrumentos de financiación. De hecho, desde la firma consideran que la fase de posicionamiento se alargará hasta bien entrado septiembre. «Un periodo en el que es recomendable “madurar” adecuadamente el proyecto, analizar cualquier novedad en las normas que regulan los fondos e ir creando la memoria de solicitud de las ayudas».
Imagen | Christian Lue