En marzo de 2020 todas las tiendas físicas de tecnología de España tuvieron que cerrar por tiempo indefinido ante la pandemia de la COVID-19. Una situación que, aunque no se ha vuelto a repetir de forma generalizada, si se ha visto reproducida en cierres perimetrales más concretos y menos prolongados en el tiempo. La coyuntura ha hecho que muchos negocios hayan tenido que echar el cierre definitivo o desmantelar mucha de su infraestructura, como el caso de Worten en nuestro país. Sin embargo, también ha hecho que muchos comercios hayan evolucionado y mejorado sus procesos para adaptarse.
Es evidente que la COVID-19 ha creado una crisis sanitaria y económica sin muchos precedentes. Pero también ha supuesto un revulsivo para que los establecimientos tecnológicos se planteen sus objetivos empresariales y lo más importante, cómo llevarlos a cabo. Un cambio de paradigma que no se hubiera dado en años de no ser por esta pandemia mundial y donde el retail se ha posicionado como uno de los sectores que más ha pisado el acelerador.
En este sentido, la industria tecnológica ha sido y es una palanca de cambio esencial. Lo puso en evidencia durante el confinamiento extremo del pasado año, pero lo sigue demostrando día a día. Un complemento perfecto para el auge de las tiendas físicas, siempre y cuando hayan sabido moldearse. Marshal Cohen, director de retail en la consultora NPD da una recomendación clara:
El éxito del retail depende de los modelos repensados de negocios que se adapten a las necesidades de los consumidores y las demandas».
Pero ¿qué deben tener en cuenta las tiendas físicas para adecuarse a la nueva normalidad? ¿dónde están los puntos claves para seguir sobreviviendo? Los repasamos.
El futuro de las tiendas físicas de tecnología, y prácticamente de cualquier otro sector, pasa por la combinación del mundo presencial y digital. Esta máxima que llevamos años repitiendo se vuelve imprescindible en tiempos de pandemia donde los consumidores cada día optan más por las compras online y donde el contacto físico puede ser prescindible para muchos.
Buscar experiencias omnicanales debe ser nuestro objetivo para mantener a flote nuestro negocio físico. Combinar todas las ventajas de la tienda física con el extra que puede aportar el mundo online es clave, pero también que ambos entornos estén interconectados y se comuniquen para poder crear una experiencia unificada de cara al cliente final. Dentro de este marco, conseguir una propuesta personalizada, creando identidad y coherencia de marca es prioritario.
No obstante, no podemos obviar las ventajas de las tiendas físicas. El valor del contacto humano a la hora de asesorar o buscar soluciones adaptadas es clave para muchos consumidores. Además, las experencias presenciales son mucho más enriquecedoras. Dos puntos en los que enfocarnos para dar un plus a nuestro comercio; más servicios complementarios a la venta tecnológica así como nuevos eventos o ideas adicionales que sean la excusa perfecta para que nuestro público vuelva.
Aún así no podemos negar la realidad. Tras esta crisis sanitaria muchos negocios han cerrado y lo seguirán haciendo. Se estima que una de cada 10 tiendas, no solo de tecnología sino a nivel general, cerrará para 2026 lo que centralizará el retail físico. Solo aquellas que realmente tengan un valor y diferencial podrán sobrevivir. Y para ello, el cambio tiene que comenzar ya. ¿Estás en ello?