Si antes lo habitual era tomarse un café o comer con un potencial cliente, ahora lo más común es quedar en Teams, Zoom o cualquier otro servicio de videoconferencias. Este tipo de reuniones han venido para quedarse en una nueva normalidad que nos habla de trabajos híbridos y mucha, mucha tecnología de por medio. Sin embargo, ¿es igual vender a través de videollamadas? Evidentemente, no y por ello, lo analizamos en busca de los puntos claves para conseguir el éxito.
Las reuniones por videollamadas han cambiado radicalmente la forma de comunicarnos con compañeros de trabajo, proveedores y posibles clientes. La interacción es totalmente diferente y eso puede suponer un contratiempo para aquellos que se benefician de las distancias cortas para potenciar el lenguaje no verbal y vender más y mejor.
Aunque una videollamada nunca será igual que una reunión presencial, podemos salvar las distancias y aprovechar las ventajas que brindan esta opción de comunicarnos para encontrar nuestra mejor versión comercial. Estos son algunos puntos a tener en cuenta:
Parece una obviedad pero no siempre lo es. Una buena red de Internet, una webcam que ofrezca una calidad de imagen decente y un micrófono potente son bases esenciales para comenzar. A partir de ahí debemos estar familiarizados con el sistema de comunicación que utilicemos para que podamos grabar la conversación o mostrar una presentación, si lo necesitamos y contar con la configuración adecuada para que todo el equipamiento funcione a la primera.
No tener todos estos parámetros listos, nos puede llevar a minutos de demora que, cuanto menos, dan una imagen bastante negativa de nuestra profesionalidad, más aún siendo proveedores de tecnología.
La excusa del metro tardío o del atasco de primera hora no tiene mucho sentido en las reuniones online. Por ello, es vital que la puntualidad sea una máxima para empezar con buen pie. Entrar a la hora en punto y con todo preparado para ponernos a trabajar es una forma perfecta de demostrar nuestra valía y profesionalidad.
Además, podemos aprovechar las ventajas de lo online para planificar estas reuniones en horario que no son muy comunes en un formato físico en España. Primera hora de la tarde o
Optar por un paisaje playero como fondo virtual o ponernos delante de una estantería con las fotos familiares quizás no sea la mejor opción de comenzar una reunión virtual donde nuestro interlocutor solo se lleva lo que ve. Seleccionar fondos virtuales más neutros o corporativos, o escoger espacios del hogar sin distracciones harán que podamos centrarnos en lo importante.
Además, debemos tener en cuenta la iluminación. No es necesario que parezcamos un YouTuber con el haz de luz más potente del mercado, pero si es necesario que estemos cerca de una ventana o con una lámpara potente. De otra forma, parecera que estamos en un lugar tenebroso creando una atmósfera poco agradable para la interacción profesional.
También es importante la ubicación de la cámara. Ya que nos toca hablar con una webcam, tendremos que buscar la forma más natural de hacerlo. No será lo mismo que la tengamos a la altura de los ojos para mirar directamente al interlocutor que ponerla a un lado o por encima o debajo de nuestra mirada.
Aunque todos los puntos sean importantes, quizás este sea uno de los más esenciales. A diferencia de las reuniones presenciales en las que tenemos el contacto permanente con el interlocutor, en las virtuales la capacidad de distracción es mucho mayor. Es por ello que debemos tender a ser concretos y buscar las explicaciones más concretas y directas posibles.
Lo ideal, de hecho, es que estas reuniones por videollamada no duren más de media hora. Un tiempo en el que debemos dejar clara nuestra propuesta, diferencial y valor con el mayor foco posible.
Ya que la comunicación no verbal es mucho menos fluida que en una reunión presencial, también debemos reforzar mucho más la interacción. Cuestionar si se ha entendido la presentación, permitir las preguntas por varias vías si hay muchos interlocutores son claves.
No todo en esta vida en una videollamada. La tecnología nos brinda muchas opciones para comunicarnos y complementar lo que hemos hablado en una reunión online. Por ello, no es mala idea, como costumbre, recapitular los puntos claves o añadir más información sobre un tema de interés a través de un email.
Por supuesto, si vemos que es necesario, emplazar a una nueva reunión o llamada para detallar temas más concretos que hayan podido surgir o redirigir al responsable adecuado para ampliar información.
¿Crees que nos dejamos algún punto importante?