Las previsiones acerca del mercado global de servicios gestionados de IoT se perfilan optimistas y apuntan que se triplicará hasta alcanzar los 166.700 millones de dólares en 2025 a nivel global.
Sin duda, Internet de las Cosas (IoT) será uno de los mercados que experimente un gran crecimiento a lo largo de los próximos años. Tanto es así que, según los pronósticos que maneja Frost & Sullivan, en el lustro que abarca el período 2020-2025, los servicios gestionados de IoT se triplicarán pasando de los 53.600 millones del pasado año hasta los 166.700 millones de dólares a nivel mundial.
A nivel general, el crecimiento en el mercado de servicios gestionados aumentará debido a una mayor adopción de IoT por parte de las empresas que buscan servicios relacionados con la asistencia en conectividad, seguridad cibernética, gestión de datos, gestión de dispositivos y de infraestructura.
Desde la consultora apuntan que, si bien la pandemia por COVID-19 ha afectado negativamente la expansión de los verticales, se espera que el impacto sea a corto y medio plazo y las empresas se recuperen, más aun cuando empiecen a pasar de la etapa piloto y de prueba de concepto a la implementación. Se esperan casi todas las verticales, como fabricación, retail, atención médica, servicios públicos y energía.
Según el estudio, se espera que la región de Asia Pacífico sea la de más rápido crecimiento, seguida de Norteamérica. No obstante, algunas zonas de Asia, América Latina y África se siguen quedando rezagadas ya que 2G y 3G forman la mayor parte de su infraestructura de conectividad. Mientras, los países siguen trabajando en el desarrollo de la infraestructura y las regulaciones.
Por su parte, Norteamérica y Europa lideran en relación con la implementación de 5G, LTE-M y Narrowband-IoT, pero los altos costes del espectro aún siguen redundando en un alto precio de los servicios, lo que afecta a los proveedores.
Los proveedores deberían considerar la inteligencia en el extremo para el desarrollo de IoT
Otro de los aspectos que sigue afectando a desarrollo de IoT es la falta de estandarización, lo que resulta en un ecosistema “extremadamente” fragmentado, con usuarios que tienen problemas para encontrar soluciones y dispositivos interoperables y que sean compatibles con los sistemas existentes.
Desde Frost & Sullivan proponen que los proveedores de servicios gestionados de IoT deberían considerar las redes móviles privadas, las eSIM y las iSIM, así como Intelligent Edge, o la inteligencia en el extremo.
Con ello, los proveedores de eSIM e iSIM podrán aprovechar la oportunidad de crecimiento de los dispositivos digitales que se lanzan al mercado. Además, la inteligencia en el extremo tiene el potencial de reducir los costes, la latencia y los riesgos de seguridad.
Imagen inicial | Kevin Bhagat