Después de un período de dificultades que le llevaron a ser destronado como líder del mercado de procesadores, Intel retoma las riendas y, con la vuelta de Pat Gelsinger al frente de la compañía, dibuja los objetivos con los que impulsará su negocio. Nuevos retos en los que el foco en los nuevos procesos de fabricación de CPU y la movilidad será clave. Hacemos un repaso de esta trayectoria.
Intel está decidida a recuperar y mantener su liderazgo en el mercado de las CPU, y así lo confirman los últimos resultados obtenidos durante el cuarto trimestre de 2020. Según los datos publicados por Mercury Research referentes al mercado de las CPU, en el último trimestre del pasado año, Intel ha conseguido recuperar participación en el mercado de PC de sobremesa por primera vez en los tres últimos años, arañando parte del pastel de su gran competidor, AMD.
De hecho, AMD, que había aprovechado el bache de Intel durante los últimos dos años, ha visto cómo su participación en el mercado x86 también disminuía el último trimestre a pesar de que la tasa de crecimiento de este mercado fue de un 20,1%.
Y es que, el impacto de la pandemia de la COVID-19, que ha impulsado las ventas de PC, especialmente portátiles, ha conllevado que el mercado de procesadores haya alcanzado nuevos máximos históricos en ingresos en el sector de procesadores, así como en envíos durante el cuarto trimestre de 2020, cuando se enviaron más de 125 millones de unidades.
La previsible escasez de componentes podría hacer tambalear la industria
Intel ha sabido captar gran parte de este crecimiento, más incluso que AMD, si bien no hay que olvidar que la pérdida de cuota de mercado no conlleva necesariamente una disminución de las ventas. AMD ha conseguido incrementar sus ingresos de procesadores en un 50%, registrando resultados financieros récord después de vender más de un millón de procesadores Ryzen 5000 en el último trimestre.
No obstante, la previsible escasez de componentes en la cadena de suministro durante el primer semestre de este año, lleva a pensar que la industria de chips podría volver a tambalearse. AMD sería una de las firmas que podría verse afectada y que le llevaría a arrastrar una situación que ya experimentó durante la pasada campaña navideña cuando los problemas en la cadena de suministro afectaron a la disponibilidad de sus procesadores.
Esto contribuyó a que Intel recuperase parte del terreno que había cedido una vez que ya comenzaba a superar sus problemas en la cadena de suministro que tantos quebraderos de cabeza le ha dado en su difícil transición de procesos de fabricación de 14 a 10 nanómetros.
Así se ha visto reflejado en sus últimos resultados en los que Intel ha experimentado un importante avance también en los procesadores de gama baja, como los destinados a los Chromebooks. Solo en el último trimestre del año, la compañía incrementó en un 33% las unidades de CPU vendidas para PC.
Sin duda, estos resultados muestran la notable recuperación de Intel después de los problemas experimentados en su capacidad de producción. Las ventajas del modelo IDM (Integrated Device Manufacturer), le han permitido tener un control más estricto sobre la cadena de suministro, así como de sus instalaciones de producción, mejorando las posibles interrupciones. Este ha sido un punto clave ya que la compañía fue objeto de numerosas críticas acerca de sus fábricas, y de cuánta producción debía subcontratar.
Tras estos resultados, Intel pisa fuerte el acelerador y, con los nuevos Rocket Lake, piensa seguir acaparando más cuota de mercado a su gran competidor. Si bien AMD ya ha perdido participación de mercado durante estos meses, su cuota sigue siendo mayor que la que tenía en 2019, especialmente gracias a los ingresos que le han proporcionado los Ryzen 5000, por lo que la compañía seguirá dando prioridad a la producción de estos procesadores. La lucha por el liderazgo se prevé intensa y más con las novedades que está por lanzar.
El mercado de CPU móviles, en el punto de mira de Pat Gelsinger
Según los expertos, las ganancias de participación de Intel en el mercado de equipos de sobremesa se debieron al crecimiento de los envíos de grandes volúmenes con los i3 y los i5. Una vez más, la capacidad de la compañía en fabricación fue un factor determinante para crecer y ganar participación de mercado.
Sin embargo, AMD ha experimentado un importante crecimiento en el segmento móvil, que supone aproximadamente el 60% del mercado de procesadores. Y es precisamente ahí donde Pat Gelsinger, el ingeniero que durante 30 años trabajó en la firma como CTO impulsando grandes innovaciones, y que ha vuelto a la compañía como nuevo CEO en sustitución de Bob Swan, tiene claro que quiere poner sus prioridades.
Si el cuarto trimestre del pasado año se caracterizó por un crecimiento del mercado de procesadores muy alto a nivel general, podemos decir que los procesadores para móviles en particular tuvieron un comportamiento brillante. Los envíos de CPU móviles aumentaron casi un 60% interanual debido, principalmente, al aumento de la oferta de Intel y al auge de la demanda como consecuencia del impacto de la pandemia de la COVID-19, que ha llevado a impulsar el trabajo en remoto y la educación online, con la consiguiente necesidad de equipos para llevarlo a cabo.
En consecuencia, la demanda de procesadores de nivel de entrada ha tenido un importante crecimiento con modelos como los Intel Celeron y las series Stoney Ridge A4 y A6 de AMD que se emplean a menudo en Chromebooks y PC de precios asequibles.
El crecimiento de la gama baja es una tendencia clara desde el pasado año y el aumento de la capacidad de fabricación ha permitido a Intel incrementar considerablemente la oferta de procesadores como Celeron y Pentium para estos dispositivos.
Intel busca abordar productos para PC más económicos pero con mayores volúmenes
A pesar del aumento de la presencia de AMD en el mercado de servidores, está claro que la recuperación de la cuota de mercado de Intel en portátiles y equipos de sobremesa no es algo puntual. Está claro, como hemos visto, que AMD gana en participación en el segmento de servidores mientras que Intel lo hace en el de CPU de sobremesa y movilidad.
Que Intel este avanzando es algo que muchos esperaban. La compañía ha luchado frente a la escasez de procesadores que le afectó durante parte de 2019 y 2020, mientras lidiaba una transición problemática de fabricación de 14 a 10 nanómetros. La escasez hizo que Intel priorizara productos de alto valor para la gama de PC Premium. Pero, tras superar esas limitaciones, el fabricante tenía claro que era el momento de abordar la fabricación de productos para PC más económicos que, ante su fuerte demanda, permite comercializar mayores mayores volúmenes.
AMD se encuentra en la situación opuesta. Aunque la empresa no se ha quejado de la incapacidad de fabricar chips, la demanda de sus procesadores y GPU sigue siendo fuerte, de momento, hasta el punto de que durante el último trimestre registró ingresos récord y las ganancias se dispararon en un 450%.
No cabe duda que la eterna pugna entre Intel y AMD seguirá siendo intensa en los próximos trimestres. Como nuevo CEO de Intel, Pat Gelsinger tiene importantes retos que acometer, desde la optimización de la producción al desarrollo de las nuevas arquitecturas de procesadores, pasando por la necesidad de ampliar su capacidad de producción de semiconductores para evitar la dependencia de terceros.
La necesidad de mejorar sus procesos de producción y disponer de mejores CPU será general, pero con un foco muy particular en el segmento de la movilidad, donde le ha salido un fuerte competidor con el nuevo SoC Apple M1 que ha supuesto el final de la integración de procesadores de Intel y los Mac y MacBook de Apple.
AMD y Apple han aprovechado las dificultades que le ha llevado a Intel esa evolución a procesos de producción de 10 nanómetros. Pero los últimos resultados y la llegada de Pat Gelsinger al frente de la compañía inducen a pensar en una vuelta al liderazgo indiscutible de Intel en el mercado de CPU con productos muy competitivos y, sobre todo, muy conscientes de dónde no volver a incurrir en los errores del pasado.
Imagen inicial | Jason Leung