Durante años hemos sabido que la era digital requeriría nuevas y sólidas habilidades de todos, la COVID-19 sólo ha hecho que eso fuera más evidente. A medida que las empresas adoptaron rápidamente una infraestructura avanzada para mantener operativa su fuerza de trabajo, las tasas de adopción digital mundial se dispararon mucho más allá de lo que se podría prever en 2020. Esto significa que, para los partners del canal, ir un paso por delante de las necesidades de los clientes se ha vuelto más complejo y urgente.
Según el Foro Económico Mundial, las capacidades que definirán el futuro del trabajo son tanto “digitales” como “humanas”. La computación en la nube y la inteligencia artificial serán críticas. Así como la capacidad de aprovechar los cambios personales y culturales con la mirada puesta en cómo evoluciona la interacción humana con la tecnología.
Para seguir siendo competitivos, los partners deben contar con las siguientes capacidades:
Entender y conocer los mercados verticales en los que trabajan los clientes. En una encuesta de Deloitte, el 48 % de los ejecutivos afirmaron que la introducción de nuevos modelos de negocio estaba entre los cinco temas más comentados dentro de su organización. Sin embargo, solo la mitad de esos líderes se consideran preparados para abordar nuevos modelos de negocios.
Cada partner tecnológico tiene un arsenal de herramientas que le ayudan a ganar la lealtad de sus clientes. Su herramienta más importante es la capacidad de anticiparse a las necesidades de los clientes. Sin embargo, no basta con tener datos. Los partners tienen que invertir en las capacidades de análisis para hacer el mejor y más seguro el uso de los datos, así como crear experiencias omnicanal con múltiples puntos de contacto.
HP, por ejemplo, ha invertido mucho en soluciones tecnológicas integrales, como los Servicios de Impresión Gestionada por una cuota mensual. Los clientes no pueden permitirse el lujo de pensar en una sola transacción o dispositivo; necesitan ver el panorama general.
Según PwC, el 82% de los consumidores de EE.UU. y el 74% de los no estadounidenses desean una mayor interacción humana en la experiencia del cliente. Lo que significa que la tecnología debe permitir interacciones omnicanales sin barreras en cada punto de contacto. COVID-19 no ha hecho más que acelerar la necesidad de soluciones continuas, basadas en servicios. No sabemos exactamente lo que nos depara el futuro, pero cuanto más se adapte la tecnología a las necesidades a corto y largo plazo de las empresas, mejor será el resultado.