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Teletrabajo: 3 retos de Red a los que toda empresa se enfrenta

Trabajar en remoto se ha convertido en algo común en este atípico 2020. Un año que ha puesto al límite a los responsables tecnológicos que han tenido que asumir muchos retos que tenían previstos a medio o largo plazo. Dotar a los trabajadores de equipos adaptados tanto en rendimiento como en seguridad a sus requerimientos, añadir a estos las herramientas necesarias y establecer los caminos adecuados de Red para que todo esto se pudiera ejecutar.

En este último punto, el teletrabajo ha llevado a muchas empresas a enfrentarse a desafíos que poco tienen que ver con su parqué tecnológico sino más bien con el que tiene los trabajadores en sus hogares. Una Red que no siempre cumple con los requisitos pero que ha tenido que ir amoldándose según la marcha. Estos son los principales problemas que se han encontrado y encuentran partners TI y empresas a la hora de habilitar el trabajo en remoto:

Conexiones lentas

El primero y más importante tiene que ver con la velocidad de Red. Dependiendo de la oferta escogida y el lugar de residencia, las conexiones domésticas pueden ser mucho peor que las empresariales.

A esto hay que unir que cada día tenemos más dispositivos conectados domésticos conectados a esa Red que pueden llegar a suponer un obstáculo para el trabajo en remoto. Un estudio de Deloitte calcula que de media tenemos unos 11 dispositivos conectados.

Con todo ello la velocidad y rendimiento de la Red doméstica de los empleados es el primer punto a revisar para la buena ejecución del teletrabajo. Para ello se pueden utilizar herramientas de detección de velocidad para valorar en que entornos nos encontramos, añadir hardware para mejorar la capacidad de la señal (PLC, repetir WiFI..) o  proponer herramientas de trabajo que maximizen al máximo el rendimiento de la Red.

Seguridad en tela de juicio

El control que puede tener un equipo TI de las red empresarial y todo lo que corre por ella, se escapa con el trabajo en remoto. La seguridad se puede poner en jaque e incluso se pueden abrir brechas que antes estaban plenamente controladas. De hecho, un estudio de IBM y el Instituto Ponemon establece que el 70% de las organizaciones ha tenido problemas de protección debido al teletrabajo. Esto supone un coste que asciende a 3.860 millones de dólares en 2020.

Es por ello que regularizar los parches de seguridad y contar con todas las actualizaciones vigente se vuelve crítico. Ese es solo el primer paso. A partir de ahí, es necesario que los teletrabajadores cuenten con un equipo totalmente securizado ya sea el suyo personal o el que la compañía provea.

Además, el trabajo en remoto puede requerir el uso de herramientas de monitorización para poner alerta al equipo TI ante cualquier comportamiento anómalo. Esto puede ayudar a mitigar brechas de seguridad o amenazas en cuanto suceden y evitar males mayores.

Comunicación debilitada

Es evidente que trabajar solo en casa frente a hacerlo en una oficina con el resto de compañero no es lo mismo. Y es que el teletrabajo también ha supuesto un reto para el tema de la comunicación diaria entre equipos y proveedores. Un desafío que, en muchos casos, se ha resuelto con herramientas de comunicaciones unificadas que, como no podía ser de otra manera, corren sobre la Red doméstica.

Sin embargo, el uso de estas soluciones no siempre es tan sencillo. Una Red débil o desprotegida puede llevarnos a unas comunicaciones deficitarias y por extensión, una bajada de productividad que ninguna compañía se puede permitir.

Para solventar este punto, el equipo TI y partners deben proveer las herramientas que se ajusten a las casuísticas de los teletrabajadores, aportando una experiencia digital completa que permita monitorizar y colaborar como casi lo haría en la oficina.

Imagen | JESHOOTS.COM