La inesperada entrada del COVID-19 ha impuesto la necesidad, hoy más que nunca, de contar con una mayor variedad de métodos de pago y una presencia omnicanal que puedan favorecer las ventas online, convertidas ya en el formato predilecto y futuro de los consumidores.
Pese a que la presencialidad continúa siendo el método favorito de los usuarios para las compras, la gran digitalización de nuestra sociedad continúa empujando a los negocios hacia un modelo híbrido de comercio online, dando pie a nuevas formas de presencia onmicanal.
No obstante, muchas veces estos cambios no están al alcance de los recursos y conocimientos de todos, dificultando en gran medida su implantación.
Es aquí donde entra en juego, por ejemplo, la tecnología de Adyen. Esta plataforma de pagos, adoptada por grandes compañías en todo el mundo, ofrece un enfoque completo capaz de otorgar a sus clientes diversas ventajas competitivas. Desde permitir adaptar las plataformas de pagos de los comercios internacionales de manera que puedan aceptar transacciones globales, a gestionar pagos con los principales métodos de pago de cualquier parte del mundo.
Además, facilita la gestión omnicanal de las transacciones, permitiendo extraer aprendizajes sobre la venta online y física y el comportamiento de los clientes, al mismo tiempo que ayuda a proteger las transacciones y detectar el riesgo y el fraude. Otro punto destacable es la posibilidad de implementar tecnologías como la «tokenización» o el «pay by link«.
Y es que durante los próximos meses y hasta la verdadera vuelta a la normalidad, los negocios se enfrentarán a una nueva competencia, casi desde cero, donde contactar con los consumidores se convertirá en el mayor de los retos.
EN EL PERÍODO DE ADAPTACIÓN, LAS VENTAS PODRÍAN CAER ENTRE UN 20% Y UN 25%
No obstante, esta crisis no sólo nos ha afectado en los ámbitos sanitario, social y económico, sino que ha supuesto un enorme golpe a la seguridad y confianza de los compradores, con el surgimiento de numerosos nuevos ciberataques.
Razón por la cual se hace también fundamental la necesidad de reducir los riesgos y proteger a los clientes frente a las prácticas fraudulentas cada vez más presentes en estos canales digitales.
Para ello, Adyen ofrece una mejora en la autenticación de las transacciones que facilita la experiencia de compra de los consumidores, sobre todo de aquellos que realizan transacciones a través de su dispositivo móvil.
Y es que su aplicación 3D Secure 2 está diseñada para realizar estos procesos de autenticación en un segundo plano sin la necesidad de una intervención del cliente, lo que ofrece una experiencia de compra sin interrupciones para los usuarios, y un aumento en las tasas de conversión de ventas para los negocios. Según afirma Juan José Llorente, country manager de Adyen en España:
Además de ayudar a reducir el riesgo de fraude y mejorar la experiencia de usuario, también ayuda a cumplir con los nuevos marcos regulatorios como la normativa PSD2 de la Unión Europea”.
Una experiencia de cliente también aplicada a las propias transacciones, que requieren de una autenticación fuerte, permitiendo a los compradores usar métodos de identificación biométricos como el reconocimiento de huella dactilar, de voz o facial; así como autenticación de dos factores a través de los SMS.
Por último, pero no menos importante, no hay que olvidar la entrada en vigor de la regulación europea PSD2 sobre los servicios de pagos electrónicos. Demorada hasta una fecha entre finales de este año e inicios del 2021, esta directiva pretende aumentar la seguridad de los usuarios y sus operaciones, mientras se promueve la innovación y se favorece la adaptación de los servicios bancarios a las nuevas tecnologías.
Antes incluso de que las grandes instituciones y bancos de operación internacional comenzasen sus trámites de adaptación, Adyen se consolidó como la primera compañía del mercado español en ofrecer una solución (3D Secure 2) que cumplía con los nuevos requisitos de PSD2. En un momento en que facilitar y asegurar las ventas es clave y adaptarse a una nueva legislación, un problema añadido, contar con una herramienta preparada puede ser lo que marque la diferencia entre el éxito o el fracaso.