La proliferación del trabajo en remoto de miles de empleados en todo el mundo ha puesto en evidencia una nueva realidad a la que se están enfrentando las organizaciones a nivel global. Un 25% de las grandes empresas reconoce que tendrá dificultades para encontrar perfiles tecnológicos en el futuro próximo.
Tal y como se desprende del informe “Flexibility at Work” elaborado por la empresas de recursos humanos Randstad, el creciente uso de tecnología y la automatización durante la etapa de confinamiento de la población provocado por la pandemia de la COVID-19, está abriendo las puertas a un nuevo escenario laboral.
No en vano, un 42,8% de las empresas españolas ha implantado medidas de teletrabajo para poder seguir con su actividad durante el confinamiento, si bien el 58% de los trabajadores apuntaba antes de esta crisis que su organización ya contaba con todo lo necesario para poder trabajar en remoto.
Uno de cada siete trabajos actuales desaparecerá
A pesar de la reticencia de muchas empresas a avanzar en el uso de estas tecnologías, el informe pone de manifiesto que, una vez termine el confinamiento, estas nuevas tecnologías seguirán desempeñando un papel fundamental. Según las previsiones de Randstad Research, esta evolución llevará a que el 30% de los empleos en los países de la OCDE cambiarán, al tiempo que uno de cada siete trabajos actuales desaparecerá.
Pero esta no será la única consecuencia que conllevará todos cambios. Las previsiones apuntan a que, con la digitalización, también surgirán nuevos regímenes de trabajo más allá de los empleos fijos a tiempo completo. En este sentido, asistiremos a la proliferación de la denominada «gig economy” basada en pequeñas tareas puntuales para llevar a cabo a través de plataformas digitales, que ha experimentado un crecimiento del 30% en todo el mundo entre 2016 y 2017.
Junto a estos cambios, el informe de Randstad también destaca la creciente robotización que veremos en las empresas. En España ya hay 157 robots industriales en fábricas por cada 10.000 trabajadores, lo que la sitúa por encima de la media europea pero muy por detrás de otros países, especialmente asiáticos.
No obstante, también se están creando nuevos puestos de trabajo de perfiles disruptivos, como los que implican producir, desplegar y mantener nuevas tecnologías; o trabajos que cuentan con la intervención de un profesional aunque estén prácticamente automatizados.
Surge la necesidad de nuevos perfiles tecnológicos y nuevas formas de trabajo más flexibles
Sin duda, esto abre nuevos retos de cara al futuro ya que más del 25% de las grandes empresas de la OCDE tiene dificultades para encontrar determinados perfiles tecnológicos. Esto, unido a la necesidad de que las empresas se adapten a las nuevas formas de trabajo, más flexibles, hace necesaria una revisión importante de los modelos actuales.
En este esfuerzo, las empresas también deberán poner sus miras en invertir para desarrollarlas las nuevas habilidades que requieren los trabajadores para adaptarse a los nuevos escenarios.
Imagen inicial | Thought Catalog