El lanzamiento de las nuevas pantallas OLED transparentes podría marcar el comienzo de una serie de nuevas aplicaciones para la señalización digital llena de oportunidades.
La llegada al mercado de las pantallas OLED transparentes puede erigirse como una nueva oportunidad dentro del segmento de la señalización digital. En la última década, la señalización digital ha pasado de ser una novedad a prácticamente un requisito para las organizaciones de todo tipo que buscan aumentar las ventas, mejorar la retención de información y mejorar la experiencia que ofrecen.
Las pantallas OLED transparentes se han convertido en una de las nuevas tecnologías con mayor proyección y que ofrece grandes oportunidades de negocio. Desde el lanzamiento a principios de 2019 de los nuevos modelos de pantallas OLED transparentes por LG, el interés que han suscitado en el mercado lleva a pensar en las múltiples aplicaciones que puede conllevar.
Frente a las pantallas LCD y LED, las nuevas pantallas OLED, al utilizar solo componentes transparentes, eliminan la carcasa de la pantalla y disponen la electrónica en un compartimento en la base, dejando una pantalla completamente transparente, mientras que las LCD requieren de retroalimentación para que la imagen sea visible.
Esto hace que las aplicaciones para las pantallas OLED transparentes sean prácticamente ilimitadas.
Además, una pantalla OLED transparente permite a los diseñadores integrarla al diseño del espacio general, complementándolo con imágenes o información que mejora lo que se muestra.
Junto a esto, la señalización OLED transparente puede superponer información sobre objetos que hay detrás de la pantalla para que los espectadores puedan ver fácilmente tanto el objeto como la información sin tener que cambiar su punto de vista.
Y un beneficio más: incorporando una capa adicional de material transparente sensible al tacto sobre la pantalla permite ser interactivos.
Todo esto abre las puertas a innumerables aplicaciones. Por ejemplo, con la disposición de pantallas OLED transparentes frente a una exposición en un museo, superponiendo información adicional de texto y vídeo. O en el mercado retail, donde estas pantallas frente a un maniquí pueden permitir a los compradores tocar la pantalla para conocer los detalles sobre la ropa que exhibe.