Intel ha visto recientemente cómo su capacidad de fabricación de chips de 14 nanómetros vuelve a estar por debajo de la demanda. Un problema que podría llevar a muchos fabricantes de portátiles a retrasar sus lanzamientos.
Intel vuelve a revivir la pesadilla con su cadena de suministro. El fabricante podría estar experimentando de nuevo problemas para la fabricación de sus procesadores de 14 nanómetros. Según publica en diario taiwanés Digitimes, citando fuentes de la industria, su capacidad de fabricación para estos procesadores estaría por debajo de la demanda, lo que podría acarrear importantes consecuencias para los proveedores con los que trabaja.
Por ello, los fabricantes de PC podrían estar preparándose para afrontar de nuevo las consecuencias de repetir la escasez de CPUs de Intel que ha afectado al mercado desde mediados del pasado 2018.
Y es que, si bien durante el tercer trimestre de este año ya vimos una cierta normalización de la situación, estas nuevas informaciones podrían dejar de nuevo en entredicho las capacidades de fabricación de Intel para sus chips de 14 nanómetros.
Aunque la compañía no se ha pronunciado por el momento, de confirmarse estas informaciones, significaría que los fabricantes con los que trabaja tendrían serias dificultades para dar respuesta a la demanda. Algo que tendría sus efectos, nuevamente, en precios más altos y una escasa oferta, lo que sería aún más impactante teniendo en cuenta que el último trimestre del año, con períodos de ofertas como el Black Friday y la campaña navideña, suelen tener una fuerte demanda.
Los fabricantes chinos de CPUs, preparados para 2020
Sin embargo, en aras a minimizar el impacto que podría tener esta situación, algunos fabricantes de PC ya están poniendo sus miras en China en busca de suministradores de procesadores alternativos. Según el citado diario, al menos un desarrollador de CPUs con sede en el país oriental ya estaría preparado para enviar sus procesadores ARM para equipos de sobremesa domésticos en grandes volúmenes.
En China, los fabricantes locales de procesadores ven una posible oportunidad de negocio de cara a impulsar sus ventas en 2020.
Imagen inicial | Laura Ockel