Han sido buenos resultados pero no tanto como esperaban los analistas. Xiaomi ha ingresado en el segundo trimestre 7.400 millones de dólares, un 15% más que el mismo periodo del año pasado. Unos datos que se quedan lejos de los 7.500 millones de dólares previstos debido a la fuerte competencia en sus terrenos clave así como el declive móvil.
El beneficio bruto de la compañía durante el segundo trimestre ha alcanzado los 1.027 millones de dólares, un 28% más que en el mismo intervalo de 2018. Estos resultados dejan las ganancias por acción en 0,012 dólares.
Sin embargo, estos números que, aparentemente suenan tan bien, dejan una desaceleración de la firma evidente. En su mercado natal en el ámbito de smartphones, por ejemplo, Xiaomi ha caído cinco puntos entre abril y junio debido a la agresiva estrategia de Huawei que aumentó un 31%, según los datos de Canalys. Y no es un tema baladí ya que todavía el 60% de sus ingresos provienen de este país asiático. Globalmente en el mismo periodo el fabricante también cayó pero de una forma más mesurada, un 2,3%.
La diversificación de portfolio que está acometiendo Xiaomi evidencia que el gigante es consciente del declive en su sector más fuerte. No en vano el segmento relacionado con Internet de las Cosas y Estilo de vida aumentó un 44% sus ingresos llevándose ya un cuarto del negocio. Un nicho donde continuará invirtiendo y buscando aliados para explotarlo.