Hace unos días vimos que Intel había empezado a suministrar los primeros procesadores Core de décima generación a los OEMs, y justo ayer se produjo el lanzamiento oficial de dicha línea de CPUs.
Como os adelantamos en MuyComputer los primeros procesadores Intel Core de décima generación están basadas en la arquitectura Ice Lake, pero son versiones de bajo consumo (serie U) y de consumo ultra bajo (serie Y), lo que significa que no van dirigidas al mercado de alto rendimiento, sino a dar forma a portátiles ultraligeros, convertibles, dos en uno y equipos de pequeño tamaño, en los que prima el consumo y la eficiencia sobre la potencia bruta.
Esta nueva generación está compuesta por un total de seis procesadores serie U y cinco procesadores serie Y. Los primeros tienen configuraciones de cuatro núcleos y ocho hilos en sus modelos Core i5 y Core i7 y dos núcleos y cuatro hilos en los modelos Core i3, una configuración que se mantiene sin cambios en los segundos.
La principal diferencia que encontramos entre los procesadores Core de décima generación serie U y los serie Y viene dada por sus frecuencias de trabajo. Los segundos funcionan a menor frecuencia pero tienen, a cambio, un TDP inferior.
Intel ha introducido mejoras a nivel de arquitectura para elevar ligeramente el IPC, así como otros cambios importantes que dan valor a este tipo de chips, entre los que destacan el uso de GPUs integradas mucho más potentes (hasta 1 TFLOP de potencia) y la conectividad Wi-Fi 6 integrada. También cuentan con Thunderbolt 3 integrada.
Los primeros portátiles equipados con estos nuevos procesadores deberían empezar a llegar al mercado a finales de este mismo año y será, como anticipamos, equipos ultraligeros, convertibles y dispositivos dos en uno. No podemos descartar que los OEMs aprovechen el alto rendimiento que ofrece lo nuevo de Intel a nivel GPU para dar forma a equipos compactos con un enfoque multimedia.