Todos los índices apuntaban a la explosión comercial espectacular de la casa conectada. Sin embargo, como siempre, los consumidores están teniendo la última palabra. La realidad ha demostrado que hay interés por los dispositivos smart home pero que su precio y desconocimiento hacen que la adopción sea lenta.
El año pasado se enviaron unos 34 millones de dispositivos smart home en todo el mundo, según los datos de ABI Research. Una cifra especialmente significativa en Norteamérica donde el mercado va un paso por delante. En el caso europeo, las cifras de IDC apuntan a un crecimiento de casi el 24% en el primer trimestre del año con especial incidencia en los territorios más occidentales.
Entre las ventas globales del pasado año uno de cada tres dispositivos vendidos alrededor del smart home eran un asistente de voz. En el caso europeo, este tipo de dispositivo se llevó casi el 16% del mercado, solo dejando por delante los sistemas de entretenimiento como las smart TV, incluidas por IDC en esta categoría.
Los números ponen de manifiesto la repercusión de modelos de referencia como el Amazon Echo o Google Home como primeros aparatos en entrar en los hogares. En el caso de Europa el gran vencedor fue Google con un 16,8% del nicho y el 49% de los asistentes inteligentes enviados en la región. Este dejó a atrás a su gran enemigo Amazon, con un 13% del mercado.
Las previsiones apuntan a una línea de ascenso imparable que habla de uan subida de 14% hasta 2023. Un porcentaje que se rebaja frente a anteriores pronósticos pero que sigue siendo positivo. Segmentos como la iluminación, la monitorización o los termostatos irán aumentando su demanda. La entrada de nuevas propuestas y la reducción de los precios ayudará a la democratización de la smart home que todavía es un ámbito idílico en la mayor parte de los hogares.