La firma Micron Technology ha confirmado que está preparando un recorte productivo que afectará tanto a las obleas de memoria DRAM como a las de memoria NAND Flash, un movimiento que al final será más marcado de lo que se esperaba.
Os ponemos en situación. Tras varios meses de subidas consecutivas el precio de la memoria DRAM empezó a bajar de forma sostenida a finales de 2018, y las previsiones para lo que queda de 2019 no son buenas. Esto, unido al hundimiento que han experimentado los precios de la memoria NAND Flash explica de forma clara y simple qué ha llevado a Micron Technology a tomar esta decisión.
Echando un vistazo a los datos concretos que ha tenido que afrontar Micron Technology nos encontramos con una caída secuencial del 20% en el precio medio de la memoria DRAM durante el tercer trimestre de 2019, mientras que el precio medio de la memoria NAND Flash se redujo alrededor de un 15%.
Con esas cifras en mente es fácil entender que Micron Technology haya decidido reducir la producción de DRAM en un 5%, y que haya aumentado las previsiones de reducción de NAND Flash en un 10% (originalmente tenía previsto reducir solo un 5%).
La caída sostenida que han experimentado los precios medios de ambos componentes ha afectado de forma notable a las compañías que se dedican, como actividad principal, a su producción. Micron Technology ha sido una de las más perjudicadas, ya que sus ingresos trimestrales cayeron un 19% en el mercado de la DRAM (la bajada año sobre año fue del 45%) y un 18% en el mercado de la memoria NAND Flash (la bajada año sobre año fue de un 25%).
Recortar la producción tiene un objetivo claro, reducir el exceso de oferta en la cadena de suministros y contribuir con ello a estabilizar, o al menos a reducir, las caídas de precios que se estaban produciendo durante los últimos meses.
Habrá que esperar a ver qué efectos tiene esta medida a corto y medio plazo dentro del canal, pero en principio no esperamos que tenga un impacto significativo. Con todo, si otros grandes siguen los pasos de Micron el precio de los SSDs y el de las memorias RAM podría iniciar un proceso de estabilización que se dejaría notar sobre todo a largo plazo.