La compañía de Jeff Bezos se ha convertido en todo un gigante del canal minorista. El modelo de negocio que ha adoptado Amazon, centrado en potenciar aspectos como los envíos rápidos, ofrecer ofertas diarias y poner a disposición del cliente una política de devoluciones sobresaliente le ha permitido crecer hasta convertirse en una de las compañías más valiosas que existen.
No hablamos por hablar, hasta hace unos meses Amazon competía con Microsoft y Apple por ser la primera tecnológica en superar la barrera del billón de dólares, una carrera que al final acabó ganando el gigante de Cupertino, aunque nos dejó momentos muy interesantes en los que la primera llegó a adelantar temporalmente al gigante de Redmond.
Amazon pude presumir de haber llegado a un nivel prácticamente inalcanzable para la mayoría de las empresas, y de haberlo hecho partiendo de unos orígenes muy humildes, pero no todo son buenas noticias. Una mayor popularidad conlleva siempre una mayor responsabilidad, y el gigante del canal minorista no es una excepción.
En su informe anual emitido al SEC la compañía de Jeff Bezos ha reconocido que hay un riesgo importante derivado de la venta de productos falsificados por parte de terceros a través de Amazon. Los productos falsificados generan miles de millones de dólares al año y se ha convertido en un negocio muy lucrativo que atrae a muchos clientes, debido a la idea de estatus que se asocia a determinadas marcas y al bajo precio que suelen tener dichos productos comparados con los originales.
Es importante tener en cuenta que aunque la mayor presencia de terceros en la plataforma de venta de productos de Amazon la compañía mantiene un sistema de devoluciones sobresaliente que permite a los clientes comprar con total tranquilidad, ya que en el caso de que adquieran por error un producto falsificado podrán devolverlo sin problemas y obtener el correspondiente reembolso, o un cheque regalo para seguir comprando en Amazon.
Debemos tener siempre presente que las falsificaciones en productos de electrónica asociados a la carga de baterías y a funciones relacionadas con la red eléctrica pueden ser peligrosos, ya que los materiales y los diseños utilizados pueden no estar preparados para trabajar de forma óptima y acabar dando un susto al cliente.