Hace algunos meses tuvimos la oportunidad de ver que el precio de la memoria NAND Flash iba a experimentar una bajada continuada durante el primer trimestre de 2019, y que gracias a ello las soluciones de almacenamiento que dependen de este tipo de memoria, incluidos los SSDs, las unidades USB y las tarjetas externas e internas, iban a tocar fondo en lo que a precio de venta se refiere.
Los SSDs de alta capacidad (1 TB o más) han sido algunos de los productos que más afectados se han visto por la bajada de precio de la memoria NAND Flash. En este artículo pudimos confirmar que el precio de las unidades SSD de 1 TB había bajado casi un 50% en poco más de un año, y las previsiones para la primera mitad de 2019 son claras: habrá una nueva bajada.
Con la reducción constante de precios se produce una mayor demanda que contribuye de forma notable a limpiar stock, una realidad que según fuentes de la cadena de suministros de Taiwán podría propiciar un reabastecimiento de memoria NAND Flash en el segundo trimestre de 2019, lo que permitirá que los precios empiecen a estabilizarse.
Esto no quiere decir que los precios vayan a subir de forma directa, pero está claro que habrá consecuencias y que las más inmediatas serán una estabilización de los precios, que dejarán de bajar. Puede que en los trimestres posteriores, y sobre todo a finales de año, los precios empiecen a subir. Esto se debería, principalmente, a ese repunte de la demanda, pero también a la desaceleración productiva que han iniciado algunos fabricantes, y a la ralentización del salto a la tecnología NAND 3D con chips de 96 capas.
La bajada de precio de las unidades SSD permite dar un impulso a las ventas, una situación que no va a cambiar a corto plazo. Sin embargo, todo apunta, como dijimos, a que los precios podrían empezar a subir lentamente en la recta final de 2019, un incremento que se dejaría notar, sobre todo, en la campaña navideña.