La nube inunda el día a día de cualquiera que esté dentro de la industria TI. Una tecnología que ha conseguido entrar por la puerta grande de las empresas y consumidores en diferentes formas: herramientas de gestión interna, soluciones para mejorar la experiencia de cliente o simplemente apps para simplificar tareas rutinarias. Una forma de transformarse, optimizar procesos y volver las estructuras más ágiles y productivas.
Sin embargo, tan beneficioso es subir a la nube como hacerlo con una estrategia cloud definida. Sin esto último lo más probable es que los proyectos no terminen de funcionar como esperamos o que finalmente se queden en una vía muerta porque no han encajado en la planificación de la compañía.
De ahí que sea tan importante para los partners TI marcar algunos puntos antes de ponerse en acción con el cliente. Estos son los que hemos destacado.
Que una compañía nos diga que quiere una estrategia cloud es como no decir nada. La nube está conformada por una inmensidad de herramientas que pueden ser claves en muchas áreas y para muchos objetivos. Determinar cuáles nos interesan y para qué es el primer paso.
Para empezar desde el principio lo más lógico es plantear al cliente qué quiere conseguir. Cuáles son sus objetivos, dónde quiere llegar y cuáles serán los pasos para ello. Todo ello sin olvidar el presupuesto que limitará nuestras acciones y nos hará poner sobre la mesa una solución más a medida de las posibilidades.
Muchos clientes se sienten intimidados con la grandeza del concepto cloud. Un término que puede atemorizar pero que llevado a la práctica es mucho más común en el día a día de cualquiera. De ahí que presentar herramientas comúnmente adoptadas, como pueden ser las aplicaciones de Google o Dropbox, puede ser una entrada más natural y menos agresiva para aquellos más reacios o temerosos.
Una estrategia cloud debe llevar consigo una planificación de protección obligatoriamente. La nube no debe suponer per se una inseguridad mayor, pero si puede abrir viejas brechas de seguridad o poner sobre la mesa una ausencia de planificación en este sentido. Un asunto que, como partner TI, debemos atajar planteando barreras y posibles resoluciones ante ataques.
Esta planificación además debe incluir el backup. La pérdida de datos no debe ser una opción en una integración o migración al cloud. La creación y mantenimiento de estas copias de seguridad deben suponer un punto más gestionado de una forma eficiente, profesional y sin quebraderos de cabeza para el cliente.
Para conseguir ese backup cloud idóneo así como un proyecto cloud de éxito, lo ideal es conocer perfectamente qué información se tramitará, dónde irá y cómo será el proceso. En definitiva, contar con una estrategia cloud sólida en la que se queden plasmados todos los pasos y procedimientos que se irán dando con sus correspondientes plazos de ejecución, objetivos y soluciones ante incidencias.
Esta estrategia debe tener una cierta consistencia, avalada por nuestro trabajo y conocimientos en otros casos.
Ante un cliente que quiere subir al cloud pero no tiene claro por dónde empezar, es necesario priorizar la eficiencia en el flujo de trabajo. Buscar las soluciones que mejor encajen en su forma de trabajar pero buscando siempre mejorar la productividad y de paso, conseguir mejoras que redunden en sus clientes finales.
Mover al cloud las soluciones de gestión supone abrir las ventanas a nuevas fórmulas de trabajo. En este sentido, podemos plantear dentro de la estrategia las oportunidades que abre la implementación de nuevas herramientas cloud: cómo llevarlo a la práctica, qué puede aportar a los empleados o cómo debemos gestionarlo para una correcta experiencia de usuario.
En muchas ocasiones es difícil acertar con una tecnología cloud. Los clientes son tan varios como sus necesidades y requisitos de uso. De ahí que la estrategia cloud puede plantear diferentes proyectos pilotos para encontrar la opción adecuada. Por supuesto, estos deben limitarse en el tiempo y funciones para que no se conviertan en un lastre.
Aún así, ofrecer diferentes opciones siempre es una buena alternativa comercial para acertar.
Podemos pensar que la estrategia cloud que hemos planteado es la más adecuada. Pero ¿qué opinan la empresa y sus empleados y los proveedores que trabajan con ellos? De todos ellos es bueno recibir un feedback para saber cuáles son las áreas más débiles y por dónde ponernos en marcha.
Plantear acciones para recibir esa interacción puede ser un servicio más antes de ponernos en acción. También lo podemos ejecutar a mitad del camino o incluso, al final. Pero en cualquier caso, saber cómo está reaccionando el usuario nos dará la perspectiva necesaria para ajustar el proyecto cloud.
Imagen | Rodion Kutsaev