Varios analistas de mercado han reducido las previsiones de ventas que tenían para GIGABYTE, uno de los fabricantes más importantes de placas base, tarjetas gráficas y otros productos tecnológicos.
GIGABYTE empezó como un fabricante de placas base, pero completó una ampliación importante de su unidad de negocio que la llevó al sector de las tarjetas gráficas, y también al de los portátiles de alto rendimiento, los teclados y ratones, las soluciones de refrigeración y hasta los monitores para gaming.
La compañía taiwanesa ha llevado a cabo un importante esfuerzo en su estrategia y ha diversificado «en extremo», un movimiento que tiene una explicación muy sencilla: operar en un mayor número de sectores ayuda a amortiguar las bajadas de ingresos que se produzcan por las caídas en ventas en determinados mercados.
En este sentido las previsiones de los analistas apuntan a una importante caída en las ventas de su unidad de placas base y también en su división de tarjetas gráficas. Dicho de otro modo, GIGABYTE venderá menos placas base y menos tarjetas gráficas, y no, no se trata de una tendencia trimestral, sino que se espera que se mantenga durante todo 2019.
La caída en el sector de las tarjetas gráficas tiene una explicación muy sencilla: el canal sigue arrastrando la sombra del minado de criptodivisas, y además los ciclos de renovación se han alargado. Hay todavía una gran acumulación de tarjetas gráficas GTX serie 10 de NVIDIA, y los precios siguen sin ser realmente atractivos para los consumidores.
Por otro lado la renovación de tarjetas gráficas se ha ralentizado y es comprensible, ya que nos encontramos en la recta final del ciclo de vida de las consolas de la generación actual, y los jugadores no tienen motivos reales para saltar de una tarjeta gráfica GeForce GTX 980 o superior a un modelo más actual.
En 2018 las ventas de tarjetas gráficas GIGABYTE rondaron los 3,5 millones de unidades, cifra que representa una importante caída frente a los 4,8 millones de 2017. Echando un vistazo a las ventas de placas base vemos que la situación no mejora, puesto que sus ventas cayeron de 12,6 millones de unidades en 2017 a 11,45 millones en 2018.
Se espera que los resultados vuelvan a bajar al cierre de 2019. Algunos expertos han indicado que GIGABYTE contrarrestará esas caídas reduciendo gastos, y que esto implicará despidos, en concreto una reducción de plantilla que rondará entre el 5% y el 10%.