En septiembre de 2018 entró en vigor la normativa europea Payment Service Providers, en su acrónimo PSD2. Esta regulación establece diferentes medidas para que las transacciones se hagan con mayor seguridad y mejor gestión. Este que, a priori, solo debería afectar a los bancos y entidades financieras se puede convertir en un obstáculo para seguir realizando ventas. Vemos cómo y por qué.
De una forma muy resumida y simplista, esta normativa busca crear un mercado único europeo donde se agilicen los procesos bancarios. En este sentido, la normativa permite que el consumidor pueda autorizar al comercio on-line para que ejecute pagos en su nombre a través de su cuenta bancaria.
Para todo este proceso, se están integrando diferentes tecnologías y métodos de conexión donde el vendedor es parte implicada pero, sobre todo, los proveedores financieros.
Dentro de las medidas que se han ido implantando entorno a la normativa europea destaca la implementación del EMV 3-D Secure. Este sistema añade una capa adicional de seguridad a las tarjetas de crédito y débito. Una innovación que los principales proveedores como Visa, Mastercard o American Express han ido integrando con diferentes nombres comerciales.
Sin embargo, el conocimiento de esta nueva mejora no es muy amplio entre las tiendas on-line. Un estudio de Mastercard lo avala estableciendo que el 75% de los comercios on-line europeos desconoce la nueva normativa de pagos digitales. De hecho, solo el 14% de los comercios on-line encuestados en Europa ya soporta el nuevo estándar de autenticación. El 51% de ellos afirma que estarán preparados después de septiembre de 2019 o que no tienen planes de implantarlo.
Con estos datos en la mano, dos elementos clave que los comercios deben verificar antes del verano de 2019:
Como tienda on-line el reto está en estar al día de estas novedades y poder utilizarlas para ofrecer una experiencia de mayor valor, más seguridad y mejor prestaciones al cliente final.
Imagen | J. Kelly Brito