Al hablar de ecologismo, muchas empresas tecnológicas sacan pecho con sus políticas de cuidado medioambiental y la gran mayoría utiliza estas acciones como parte de su estrategia de responsabilidad corporativa. Sin embargo, en la cara fea de la moneda nos encontramos a gigantes como Amazon que lejos de preocuparse por nuestro Planeta, toman medidas que aumentan nuestra huella dañina.
El programa francés Capital del canal televisivo M6 ha sido el encargado de dar cobertura a la política en los almacenes de Amazon. La investigación ha demostrado cómo el gigante se deshace de millones de artículos nuevos que no se han vendido o han sido devueltos por el consumidor.
Desde el programa se asegura que en 9 meses se destruyeron más de 300.000 productos en los almacenes franceses analizados. La misma fuente calcula que a nivel mundial la cifra podría superar los 3 millones de artículos al año.
La práctica que es avalada además con documentos firmados con terceros donde se establece el acuerdo de deshacerse de inventario si no es vendido o llega como una devolución.
Aunque desde Amazon declaran que siguen programas de reciclaje, es evidente que esta práctica supone un atentado directo contra la sostenibilidad. No obstante, es una medida totalmente legal que seguramente practican muchas otras compañías. La razón es evidente: es mucho más rentable tirar esos productos que devolverlos a origen o que continúen en un almacen por tiempo infinito. Una muestra más de la avalancha comercial y consumista en la que vivimos.