El modelo de distribución «Free to Play» no es algo nuevo, lleva en el mercado muchos años y ha demostrado ser una alternativa muy efectiva al modelo tradicional, pero la llegada de Fortnite ha marcado un importante punto de inflexión.
A pesar de ser un juego totalmente gratuito Fortnite ha logrado cifras increíbles en 2018: 3.000 millones de dólares en beneficios, según datos ofrecidos por TechCrunch. En efecto, un juego que no tiene precio de venta ha generado en 2018 prácticamente los mismos beneficios que Amazon en todo 2017. Si te preguntas cómo es posible esto tranquilo, la respuesta es muy sencilla, a través de los micropagos.
El modelo «Free to Play» se caracteriza por ofrecer un producto gratuito que, sin embargo, lleva asociados determinados bienes y servicios virtuales que el jugador puede conseguir utilizando una moneda virtual, la cual se puede comprar con dinero real.
En el caso de Fortnite este sistema se ha implementado a la perfección y la enorme popularidad del juego, que actualmente cuenta con una base de 125 millones de usuarios, se ha encargado de hacer el resto.
Epic Games ha tocado el cielo con Fortnite, una auténtica gallina de los huevos de oro que seguirá dándoles muchas alegrías, al menos a corto y medio plazo, y que ha puesto en evidencia a otros juegos triple A como Battlefield V y Call of Duty: Black Ops IIII, que adoptan un modelo de monetización híbrido, ya que tienen un precio de venta y además cuentan con micropagos.
Ofrecer un producto de forma gratuita derriba una barrera importante para el consumidor, ya que le permite probarlo tener una primera experiencia sin coste. Esto le permite decidir si realmente le interesa o no gastar dinero en él, pero hay que tener cuidado, ya que los micropagos demasiado agresivos pueden acabar siendo contraproducentes y «espantar» al usuario.