Apple es una máquina de hacer dinero. La mayor parte de sus ingresos proviene de las ventas de smartphones, lo que significa que los iPhone son el pilar central de sus ganancias, y por tanto uno de los motores básicos en lo que respecta a su sostenibilidad y rentabilidad.
Podríamos pensar que otro de sus pilares básicos son las ventas de su serie iPad, o de sus equipos Mac (incluidos tanto los modelos portátiles como los de escritorio), pero nada más lejos de la realidad. El ecosistema de software y servicios es el otro gran pilar sobre el que se cimenta Apple.
A pesar de que Apple es la empresa tecnológica más valiosa que existe actualmente posiciona como el tercer mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, un dato que se explica en torno a dos claves: el alto precio de venta de sus smartphones, que le permite obtener una mayor cantidad de ingresos a pesar de vender menos unidades, y el peso de sus servicios.
Cuando hablamos del ecosistema de servicios del gigante de Cupertino estamos teniendo en cuenta los ingresos combinados de iTunes, Apple Music, App Store, Apple Care y otros que ofrece la compañía de la manzana.
Según las estimaciones realizadas por Philip Elmer-DeWitt los analistas que siguen de cerca a Apple han lanzado una interesante predicción: los ingresos que Apple obtiene a través de su ecosistema de servicio seguirán creciendo de forma sostenida y alcanzarán los 10.300 millones de dólares durante el último trimestre fiscal del año 2018, una cifra que representa un incremento del 21% año sobre año, es decir frente a los resultados del mismo periodo de 2017.
Esto quiere decir que aunque Apple siga teniendo una dependencia enorme del iPhone la compañía ha sabido diversificar y ha pivotado una parte importante de sus ingresos hacia su ecosistema de servicios, lo que unido al alto precio de venta de sus dispositivos móviles le permitirá salir mejor parada de la saturación que está viviendo el mercado smartphone a nivel internacional.