Intel está teniendo problemas para cubrir la alta demanda de sus procesadores de 14 nm. Esta situación está teniendo consecuencias no solo a nivel de componentes para consumo general, sino también en el suministro que reciben los fabricantes de PC, portátiles y PCs integrados.
El desequilibrio existente entre la oferta y la demanda y la imposibilidad de Intel de elevar el suministro a corto plazo han afectado al precio de venta de los principales procesadores de consumo general del gigante del chip. Modelos como el Core i5 8400 han llegado a doblar su precio en apenas unos días, lo que lo convierte en uno de los más afectados, aunque en general todo el catálogo de procesadores de Intel ha experimentado una subida de precio en mayor o menor medida.
La compañía de Santa Clara ha confirmado que está trabajando para mejorar el suministro a medio plazo, pero la escasez ya está afectando negativamente a los fabricantes de equipos, no solo porque tienen una menor cantidad de procesadores disponibles para montar en sus productos, sino porque además tienen que maniobrar con sus otros contratos de suministro para evitar una acumulación de stock que no puedan sacar adelante debido a la escasez de procesadores Intel en el canal.
Todavía es pronto para analizar a fondo qué consecuencias tendrá esta falta de suministro, pero desde DigiTimes ya adelantan que es un problema más que deben afrontar los fabricantes y que se une a otros ya conocidos, como el alto precio de la memoria RAM y de los componentes pasivos. Al final, y haciendo una valoración conjunta, representan un importante incremento de costes que en muchos casos tienen que intentar absorber, lo que acaba afectando a su beneficios.
Por su parte Intel también ha confirmado que sigue trabajando en el proceso de 10 nm y que está haciendo progresos importantes en la tasa de éxito por oblea, lo que significa que en principio la llegada de los primeros procesadores fabricados en masa en dicho proceso deberían llegar al mercado a finales de 2019.