Aunque el popular Black Friday era, inicialmente, el preludio de las compras navideñas, poco a poco se ha convertido en una estrategia comercial con consecuencias no tan positivas para las ventas.
Las herramientas tecnológicas cada vez más avanzadas nos permiten estudiar con detalle las estadísticas de ventas y hacer comparaciones temporales. A grandes rasgos, el mercado español se caracteriza por contar con meses en los que, como es el caso del verano, la actividad comercial se ralentiza y las ventas disminuyen, aunque no para todos.
Otra de las características que vemos cada vez más es que los consumidores se decantan por realizar comprar en determinados momentos en los que saben que los precios gozan de ventajas y descuentos, como el popular Black Friday. Un “viernes negro” en el que muchos aprovechan para vender artículos, en ocasiones, previamente subidos de precio y que, durante ese período especial, ofertan con una supuesta rebaja que atrae a la venta.
No obstante, esto no implica que el proveedor gane más y una obsesión por los picos de venta como ocurren durante el Black Friday, o el también popular Cyber Monday, ya no supone más ingresos.
El hecho de que los consumidores no realicen sus ventas hasta que no llega el ansiado momento del Black Friday, o jornadas con ofertas similares, puede tener consecuencias muy negativas para los negocios. No disponer de esa liquidez, tan necesaria para afrontar pagos y comprar nuevas mercancías es clave. Esto significa que la facturación baja, el beneficio desciende y la liquidez se reduce.
De hecho, cada vez son más los negocios, especialmente los comercios más pequeños, los que se resienten de acciones de marketing en las que las ofertas en un período determinado lastra las del resto de la temporada, e incluso, del año.
Muchos comercios piden regular los períodos de ofertas especiales y rebajas para poder equilibrar sus ventas
Así se ha visto en los últimos años con el boom que han experimentado las ventas durante el Black Friday, y también cada vez más durante el Cyber Monday, lo que ha lastrado las otrora ansiadas rebajas de enero. Esto ha llevado, incluso, a que muchos comercios estén pidiendo la regulación de los períodos de ofertas especiales y rebajas para poder equilibrar sus ventas.
Vender en momentos puntuales con ofertas clave está bien, pero no para todos. Pensar en las ventas a corto plazo no siempre conlleva todo lo positivo que se desea. Tener una visión a largo plazo permitirá que las ventas se repartan de forma más equitativa a lo largo del año, sin tener que afrontar períodos de escasez con breves momentos de abundancia de ventas.