Hace algunos años, algunos pensaron en que la división dedicada a Surface en Microsoft tenía los días contados. Hoy en día, el éxito de Surface es innegable. La compañía apuesta por nuevos dispositivos más ligeros y asequibles para seguir ampliando su cuota de mercado.
Que los inicios de Surface no fueron nada fáciles no es ningún secreto. A una acogida menos elocuente de lo esperada por Microsoft, los resultados en ventas no acompañaron y eso hizo que hace cinco años, en 2013, y a pesar de la reducción en su precio, las bajas ventas de la Surface RT le costasen a la compañía unas pérdidas cifradas en 900 millones de dólares.
Parecía llevar al fracaso de esta división de negocio pero Steve Ballmer, entonces al frente de la compañía, no se dio por vencido y hoy, aunque Microsoft no especifica en sus resultados lo que supone su división de negocio dedicada a Surface, lo cierto es que algunos apuntan que puede rondar los casi 5.000 millones de dólares. Y los objetivos apuntan a un crecimiento de cara a los próximos años.
Mientras los ingresos en Mac caen un 5%, el negocio de Surface ha crecido un 32% en el último trimestre
A pesar de que en los últimos cuatro años las ventas de PC han sido planas o han experimentado descensos, el negocio de Surface ha seguido a una tasa anual compuesta de un 22%. Esto significaría que, en menos de seis años, el negocio de Surface ha crecido hasta aproximadamente el 20% del tamaño del negocio Mac de Apple.
Y esa tendencia se mantiene estable en 2018 aunque en los dos últimos trimestres, Apple ha visto descender sus ingresos en Mac un 5%. Por el contrario, el negocio Surface de Microsoft ha crecido un 25% y un 32% en los dos últimos trimestres. Las cifras son optimistas.
Las razones del éxito en las ventas de Surface después de sus primeros pasos en el mercado son varias. Tras el desastre de Surface RT, Microsoft tampoco tuvo mucha suerte con sus primeros dos modelos, la Surface Pro, que era muy voluminosa y que incluía Windows 8, lo que tampoco ayudó a sus ventas.
Sin embargo, posteriormente, la Surface Pro 3, que salió a la venta unos días antes del inicio del año fiscal 2015 de Microsoft, supuso un antes y un después. Los ingresos de la compañía aumentaron un 65% hasta alcanzar los 3.600 millones de dólares.
Con la salida de Microsoft del negocio de smartphones, el grupo de dispositivos del que Surface forma parte sufrió un duro revés, algo que trató de compensar con el lanzamiento, en octubre de 2015, de la Surface Pro 4 y de Surface Book.
Pero el pasado año, el negocio de Surface experimentó un descenso de un 2% en sus ingresos tras el lanzamiento de Surface Studio, dirigido a un segmento de mercado muy específico y con un alto precio; la renovación de Surface Pro; y la llegada de Surface Laptop, que incorporaba Windows 10 S.
Microsoft apostará por propuestas más asequibles y ligeras como la línea Surface Go.
Pero Microsoft sigue sin tirar la toalla apostando fuerte por su ya popular, aunque menos de lo deseado, tablet. La Surface Book 2 y la apuesta por el canal que están reforzando las ventas en el mercado corporativo, están impulsando las ventas de volumen.
De cara al futuro, la estrategia de Microsoft parece que huirá de los productos Premium, con precios más elevados, y se encaminará hacia propuestas más asequibles como ya vimos con el anuncio de la línea Surface Go con precio que rondan los 400 euros.
Para saber si esta estrategia es acertada y conseguirá la consolidación de Surface habrá que esperar al próximo ejercicio fiscal de Microsoft. La duda está en el aire.