Luces que se encienden y se apagan según la luz solar, un sistema de gestión centralizado para trámites con la administración o sensores para mejorar el tráfico son algunos de los proyectos tecnológicos relacionados con las ciudades inteligentes o smart cities. Ideas que sobre el papel suenan fabulosas pero ¿hasta dónde llegan los ayuntamientos españoles? ¿cuáles son los temas que más les preocupan y cuáles son los que debería estar en su agenda digital?
El potencial de las ciudades inteligentes sigue y seguirá siendo un filón importante para el canal TI. La última revisión de IDC sobre este nicho nos habla de una inversión que llegará a los 158.000 millones de dólares en 2022. En 2018 el negocio se quedará en 81.000 millones de dólares.
Actualmente, los tres casos de uso donde más incidencia se está haciendo son los relacionados con vigilancia visual, tránsito público avanzado y luces exteriores inteligentes. En un futuro será la gestión de tráfico la que ocupe la tercera posición volviéndose un entorno crítico. Respecto a estas previsiones, Serena Da Rold, director de programa de Customer Insight & Analysis de IDC detallaba:
El transporte inteligente y la protección de datos públicos serán dos áreas de gran inversión pero también vemos nichos como las plataformas para la gestión de las administraciones».
En este sentido, la consultora vaticina que, aunque no serán los nichos de mayor inversión, los wearables serán los que más crezcan, casi un 62% en cinco años. Por detrás los sistemas relacionados con la conexión a vehículos (48,7%), la gestión abierta de datos (24,6%), la administración de basuras inteligentes (23,3%) y las plataformas de ciudades inteligentes (22,9%).
Aunque directamente sobre las ciudades inteligentes no tenemos datos detallados, nos remitimos a los aportados por Adjudicationes TIC para aproximarnos a aquellas áreas tecnológicas donde la administración (incluida la local) están trabajando.
Si nos atenemos a los datos que desde enero hasta este mes de julio de 2018 vemos que la administración local se ha centrado en proyectos basados en servicios de mantenimiento, principalmente y con gran diferenciación. En segundo lugar han invertido en servicios de consultoría, hardware (microinformática) y también el relacionado con back-up. En total los ayuntamientos han invertido casi 117 millones de euros en este tiempo evaluado en 637 adjudicaciones.
Si evaluamos los proyectos por Comunidades Autónomas vemos que la administración local catalana destaca sobre todas a la hora de inversión; 248 adjudicaciones realizadas frente a las 77 de Andalucía, la siguiente región que más ha invertido desde principios de 2018. En tercer lugar y con 56 proyectos se queda la Comunidad de Madrid.
Viendo los datos locales podemos sacar interesantes conclusiones. La primera y más importante es que todavía estamos lejos de tener ciudades inteligentes concebidas como un espacio inteligente donde la tecnología cobre un papel principal. La administración local todavía está abordando proyectos relacionados con el mantenimiento tecnológico en vez de promover nuevos sistemas.
Sin embargo, la inversión en consultoría, la segunda más importante, también demuestra el ansía de querer cambiar con ayuda de compañías especializadas en TIC. Los ayuntamientos echan mano de las tecnológicas, principalmente de UTE (Caixa Bank, Fujitsu, Indra y Marfina), Telefónica, Vodafone o T-Systems, para ello pero a un ritmo mucho más lento.
Imagen principal | Ben Blennerhassett