La Unión Europea ha manifestado su intención de desarrollar capacidades de cómputo a exaescala, un mínimo de 1 exaflop por segundo. Para ello, aboga por sistemas de computación sobre hardware principalmente europeo.
Según un informe del Banco Europeo de Inversiones (BEI), “Financiando el futuro de la supercomputación”, la Unión Europea estaría poniendo sus miras en el ecosistema de proveedores y mercados de computación de alto rendimiento en Europa para fomentar la computación a exaescala.
Los investigadores apuntan que se trata de una necesidad creciente para el desarrollo de nuevos productos y para acelerar las capacidades que se requieren en investigación. Y es por ello que la UE ha puesto sus miras en un proyecto de computación a exaescala para desarrollar la tecnología que permita a Europa desplegar recursos de computación de alto rendimiento basados, principalmente, en hardware europeo.
El objetivo sería desplegar una infraestructura de computación de alto rendimiento (HPC, de su denominación en inglés) con capacidades de exaescala para 2022/2023. De esta forma, Europa tendría su propia tecnología HPC independiente y competitiva.
Retos para impulsar la supercomputación en Europa
Con el desarrollo de un sistema de supercomputación a exaescala, Europa podría atender a las demandas en este ámbito en sectores claves de la economía europea como el aeroespacial, la automoción, la energía, la fabricación y los servicios financieros. Asimismo, también supondría un claro avance para los centros de supercomputación en Europa, tanto a nivel de financiación como regulatorio.
En este escenario, los ISV, proveedores de software independientes, jugarán un papel clave en el desarrollo de la supercomputación europea. Actualmente se encuentran con dificultades para acceder a ventajas económicas, ya que los inversores privados participan en la financiación de la infraestructura comercial de HPC, especialmente de centros de computación de alto rendimiento, no lo hacen en infraestructura pública.
El sector público debe fortalecer la adopción de los usos de HPC, sobre todo para aplicaciones comerciales, las pymes y las empresas dedicadas a la innovación.
Ahora, la UE busca impulsar su competitividad en el ámbito de la supercomputación en un momento en el que cuenta con un clara déficit de financiación en computación de alto rendimiento, de unos 500-750 millones de euros anuales, en comparación con competidores como Estados Unidos, China y Japón.
Es por ello que Europa necesita contar con capacidades de supercomputación a exaescala dentro del mismo marco que otros países. Pero el sector público también debería centrarse en fortalecer la adopción de los usos de HPC, sobre todo para aplicaciones comerciales, las pymes y las empresas dedicadas a la innovación.
Para conseguirlo, la UE deberá respaldar la oferta y considerar el desarrollo gradual de instrumentos financieros más especializados, así como tener en cuenta el desarrollo de servicios de asesoramiento financiero asociados para el sector de la computación de alto rendimiento.