El sector de las tarjetas gráficas de consumo general ha pasado por una etapa bastante curiosa. Debido a la fuerte demanda del sector del minado de critptodivisas se produjo un agotamiento masivo de la mayoría de los modelos tanto de NVIDIA como de AMD.
Los precios también se vieron afectados y se llegó a un punto en el que algunas tarjetas gráficas, sobre todo en gama media y gama alta, duplicaron su precio original de venta. Esa etapa dorada animó a NVIDIA y a AMD a acelerar la producción de GPUs para cubrir la fuerte demanda del sector, pero el pinchazo que han experimentado las principales criptodivisas ha generado una pérdida de interés en la minería que se ha traducido en una bajada importante de la demanda de dichos productos.
La caída en la demanda de productos gráficos de consumo general por parte del mercado del minado de criptodivisas no podría llegar en peor momento. NVIDIA tiene una importante acumulación de stock por haber estimado a la baja esa reducción en la demanda, los principales vendedores se resisten a bajar precios y con la llegada de su nueva generación cada vez más cerca los consumidores no están ya dispuestos a comprar una GeForce GTX 10.
Según las últimas informaciones la situación que atraviesa NVIDIA es muy complicada, tanto que uno de sus principales socios en el mercado asiático (ASUS o MSI) le ha devuelto 300.000 GPUs por problemas de acumulación de stock, una situación que afecta a otros partners y que podría acabar afectando a la llegada de su nueva generación gráfica, conocida provisionalmente como Geforce GTX 20.
Algunas fuentes dicen que NVIDIA podría retrasar el lanzamiento de su nueva generación para dar un poco más de tiempo al canal y facilitar la «digestión» del stock acumulado de tarjetas gráficas GeForce GTX 10, pero el caso es que a pesar de esta situación los precios se mantienen demasiado elevados y eso no ayuda en absoluto a facilitar una limpieza de inventario.