Los envíos de tarjetas gráficas han caído de forma significativa por una bajada en la demanda proveniente del sector del minado de criptodivisas, una realidad que ha contribuido a mejorar el stock y la disponibilidad en el mercado de consumo general y que también ha dado inicio a una reducción importante a nivel de precios.
La evolución del Bitcoin y de todas las criptodivisas actuales ha sido negativa durante los últimos meses. La primera ha sufrido un enorme batacazo que la ha llevado de los 20.000 dólares hasta los 6.400 dólares, y en su caída ha arrastrado a todas las otras criptodivisas, lo que unido a la creciente dificultad para minar ha generado una fuerte pérdida de interés en el sector.
Esto ha afectado a la demanda de tarjetas gráficas y se espera que se mantenga al menos durante toda la segunda mitad de 2018, lo que supone que las ventas seguirán cayendo y que los precios y el stock seguirán estabilizándose.
Sin embargo es importante tener en cuenta que los principales vendedores de tarjetas gráficas han optado por llevar a cabo una reducción de precios limitada. En lugar de bajar de golpe los precios y de introducir ofertas puntuales en un intento por mejorar la demanda han preferido mantener unos precios bastante altos en muchos productos (serie Radeon de AMD principalmente), lo que les ha permitido amortiguar parcialmente esa bajada en la demanda manteniendo un margen de ingresos mayor por unidad vendida.
Esta estrategia es todo un clásico y se define como vender más a mayor precio, aunque es evidente que no podrán mantenerla por mucho tiempo y que con la bajada continuada de la demanda y la acumulación gradual de stock al final tendrán que ir bajando precios si no quieren acumular una gran cantidad de tarjetas gráficas.
Los modelos más afectados siguen siendo las Radeon RX de AMD en todas sus versiones, incluidas las RX 560, aunque la compañía ya dijo hace unos días que esperan que los precios se sigan normalizando durante los próximos meses.