Seguramente muchos han pensado en más de una ocasión cómo se le ocurrió a Jeff Bezos bautizar a su compañía con el nombre de Amazon. Lo más sorprendente es que este nombre no fue el elegido inicialmente por este visionario para su particular imperio.
La historia de cómo Amazon se convirtió en Amazon es un buen ejemplo de lo difícil que puede ser el proceso de elección del nombre de una compañía. Según podemos saber a través del libro “The Everything Store” de Brad Stone, Amazon se llamaba en sus inicios Cadabra, en referencia a la palabra «abracadabra» tan utilizada en los juegos de magia.
Sin embargo, el abogado de Jeff Bezos le sugirió un cambio de nombre ya que Cadabra era una referencia un tanto oscura y, cuando la decías por teléfono, muchas veces las personas entendían “cadáver”. Haciendo caso a su abogado, a mediados de los 90 Bezos y su mujer, MacKenzie, comenzaron a explorar otras posibilidades y decidieron registrar algunos nombres de dominio como Awake.com, Browse.com y Bookmall.com. Como curiosidad, otro de los nombres de dominio que registraron fue Relentless.com, un nombre que siguen conservando hasta hoy y que, de hecho, si alguien lo busca en su navegador, comprobará que redirige a Amazon.com.
Bezos siguió buscando hasta llegar a la letra “a” del diccionario ya que en aquella época las listas de los sitios web estaban alfabetizas y quería que empezara con esa letra. Fue entonces cuando leyó la palabra “Amazon” (Amazonas), el nombre del río más grande del mundo, y decidió que ese era el nombre perfecto porque estaba construyendo la librería más grande de la tierra. La nueva URL se registró el 1 de noviembre de 1994.
Otra curiosidad es que el CEO de Amazon, en una conversación con Stone, explicaba que este nombre no solo era por ser el río más grande del mundo, sino porque es mucho más grande que el siguiente río más grande del mundo. El espíritu de liderazgo ya estaba en su nombre.