Hace unos días ya os contamos qué es exactamente el GeForce Partner Program, vimos que había empezado a generar una fuerte polémica entre los consumidores y entre los propios ensambladores y OEMs por los términos y condiciones que exige NVIDIA para poder participar en dicho programa.
El sentimiento general es que el GeForce Partner Program no sólo es abusivo, sino que además es malo tanto para el canal como para los consumidores, ya que limita de forma artificial y forzada (a cambio de incentivos) la libertad de elección y de mercado, lo que nos lleva directamente a un escenario que tiene todas las papeletas para convertirse en una práctica de competencia desleal.
Empresas como HP y Dell ya expresaron su rechazo pleno al GPP y decidieron no unirse al mismo, mientras que Intel está valorando muy seriamente la posibilidad de demandar a NVIDIA por prácticas monopolísticas.
AMD, principal perjudicada por el GeForce Partner Program, ha confirmado abiertamente a través de Scott Herkelman, vicepresidente y gestor general Radeon Gaming, que está trabajando con sus socios para resolver esta situación y que dicho programa es en efecto un intento de bloquear la venta de productos Radeon.
Todavía no sabemos cómo terminará todo esto pero es evidente que la situación es más grave y más compleja de lo que parece. Algunas empresas como ASUS no han tenido pudor a la hora de subirse al carro del GeForce Partner Program, prueba de ello lo tenemos en el lanzamiento de la serie AREZ, pero otras han preferido plantar cara a NVIDIA y esto podría llevarnos a un largo proceso judicial de consecuencias impredecibles.