Amazon busca frenar las pérdidas derivadas de los gastos de envío de aquellos productos con precios más económicos al incrementar las tarifas a los proveedores. De esta forma, el gigante del comercio electrónico busca deducir costes de transporte, o el coste de mover el inventario de un proveedor a través de su red de distribución, algo que le ha llevado no pocas críticas.
Debido a que sus gastos de envío han seguido aumentado considerablemente en los últimos años, Amazon está buscando cambiar estos costes en sus proveedores, y específicamente pensando en aquellos productos de bajo coste que resultan pesados y caros de enviar, como las bebidas.
Pero pasar la carga a otros no es solo la única estrategia de Amazon. La firma está planeando una serie de acciones para que sea más difícil para los usuarios adquirir estos productos de precio bajo como cepillos de dientes o jabones. La idea es alentarlos a agregar estos artículos a una compra más grande. De hecho, algunos de estos productos ya están restringidos como “complementos” o para que solo se puedan comprar si valor de la cesta de la compra asciende a 25 dólares o más.
Partiendo de esta idea, Amazon planea incluir más artículos como “complementos”, una categoría en la que entran aquellos artículos de salud y belleza que cuestan menos de 7 dólares.
Una estrategia de riesgo
Aunque Amazon ya ha estado trabajando para optimizar su red de cumplimiento de envíos, sus costes siguen creciendo y a lo largo de 2017 ya alcanzaron los 20.000 millones de dólares, un crecimiento del 31% año tras año. Se trata de unos costes que quiere erradicar al tiempo que sigue incrementando sus servicios de entrega Prime Now, entregas en una o dos horas máximo, manteniendo su reputación de envío gratuito y rápido.
Con estos movimientos, Amazon sigue la estela de Walmart que, para rentabilizar sus pedidos online, ha incrementado el precio de algunos de sus productos y ha presionado a los proveedores para que ofrezcan sus productos más caros en su marketplace.
No obstante, el enfoque de cada compañía tiene sus pros y sus contras, por lo que aún queda por ver cuál de las dos conseguirá mayor optimización de los ingresos minimizando los gastos de envío.
Sin duda, esta estrategia que sigue Amazon con sus proveedores conlleva sus riesgos, aumentando tarifas y exigiéndoles mucho. Si los proveedores comienzan a obtener más ingresos de otros sitios de comercio electrónico, Amazon podría perder su influencia y tener que renegociar en términos menos favorables.