El precio de SSD y en general el de los componentes basados en memorias flash NAND, está bajando en 2018 y permitirá aumentar su adopción en dispositivos como ordenadores portátiles, según los datos que llegan desde los centros de producción en Taiwán.
Después de un quinquenio de bajada de precios constante, el precio de SSD comenzó a subir en el último tramo de 2016 y así se mantuvo todo el año pasado como consecuencia de la subida de precio de las memorias en la que están basados. Y es un componente importante como nuevo estándar de almacenamiento interno en sustitución de los discos duros.
En este trimestre, los proveedores de SSD han reducido los precios para promocionar sus dispositivos 3D de 64 y 72 capas. Los precios contractuales de los productos de SSD convencionales continuarán su tendencia a la baja en el segundo trimestre (entre un 5-10% del precio de memorias NAND flash) para reflejar un ligero exceso de oferta.
Con ello, se espera una aceleración de la adopción de estas unidades de estado sólido en los portátiles en un grado que se espera supere el 50% de los nuevos equipos comercializados, según DRAMeXchange. En cuanto a capacidad de almacenamiento, se espera que las unidades de 256 Gbytes sean el estándar en equipos OEM para mainstream, mientras que las SSDs de 512 GB serán las más utilizadas como base en 2019-2020.
Importante poner fin a la guerra de las memorias teniendo en cuenta su importancia en el mercado mundial de semiconductores y su uso en multitud de productos electrónicos.