Si hubiera que elegir una sola tecnología relevante para el final de la década hay pocas dudas que ella sería el 5G. La llegada de la quinta generación de redes de banda ancha móvil provocará cambios importantes en el sector tecnológico ofreciendo un nuevo conjunto de experiencias en todos los sectores, incluyendo informática clásica, movilidad, conducción autónoma, ciudades inteligentes, la Internet de las Cosas o la era de las máquinas.
Aunque la tecnología ya se está probando internamente por múltiplos proveedores y públicamente en los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 y con otro despliegue a prueba en el campeonato mundial de fútbol de 2018 que se celebrará en Rusia el próximo verano, la disponibilidad general comercial no se espera hasta 2020.
Para acelerar la transición entre 4G y 5G, Qualcomm ha presentado un nuevo módem denominado Snapdragon X24 que bajo categoría 20 ofrece el mayor rendimiento visto nunca en este tipo de desarrollos: hasta 2 Gbps.
Según Qualcomm, «el desarrollo ayudará a los operadores móviles a movilizar completamente sus activos de espectro y maximizar la capacidad de sus redes Gigabit LTE móviles, ofreciendo a los consumidores una visión tangible de nuestro futuro 5G».
El fabricante de chips explica que los OEM podrán ofrecer experiencias móviles como vídeo de 360 grados, computación en la nube, entretenimiento de alto nivel y aplicaciones instantáneas. El problema sigue siendo las infraestructuras. La mayoría de los operadores aún no pueden sacar partido de estos chips avanzados y una media de descarga de 50 Mbps ya se considera avanzado.
Los operadores tienen aún mucho camino (e inversión) por delante para alcanzar las velocidades de gigabits que ofrecen chips como este módem LTE de Qualcomm que servirá como transición entre 4G y 5G y que debe llegar al mercado el año próximo.