El gigante de Cupertino se ha visto envuelto en una fuerte polémica tras descubrirse la implantación forzosa de un modo de bajo consumo en sus iPhone con baterías envejecidas; un problema que le ha costado varias demandas colectivas, críticas e investigaciones por obsolescencia programada.
Al introducir un modo de bajo consumo en sus iPhone sin avisar a los consumidores y sin darles la opción de que pudieran deshabilitarlo se estaba generando una situación muy negativa para éstos, que veían como su terminal rendía cada vez peor y no tenían un por qué.
Cuando se descubrió que esa pérdida de rendimiento de los iPhone con baterías envejecidas se podía resolver instalando una batería nueva Apple reconoció el problema y explicó la situación, pero para muchos el daño ya estaba hecho, puesto que se había mantenido a espaldas de los usuarios el uso de un modo de bajo consumo que podía reducir el rendimiento de los iPhone afectados en más de un 50%, suficiente como para hacer sentir al consumidor que necesita comprar un iPhone nuevo.
Apple se defendió de las acusaciones diciendo que su objetivo no era dar un empujón a la venta de nuevos iPhone limitando el rendimiento de los antiguos, sino que querían mantener una experiencia de uso óptima en baterías envejecidas, es decir evitar los posibles apagones espontáneos derivados de los picos de consumo de la CPU cuando trabaja a plena potencia y mejorar la autonomía.
El caso es que al final Apple ha tenido que ceder a las presiones y ha confirmado que dará a los usuarios la posibilidad de deshabilitar el modo de bajo consumo en una próxima actualización de iOS, una buena noticia ya que deja en manos del consumidor la posibilidad de decidir de forma consciente qué beneficio prefiere; rendimiento o autonomía.
No hay duda de que muchos usuarios preferirán mantener el rendimiento de su smartphone aún a costa de cargarlo más a menudo. Esto unido a que ya conocen que pueden revitalizarlo con un simple cambio de batería va a llevar a muchos a mantener sus «viejos» iPhone durante más tiempo, lo que evidentemente acabará afectando a las ventas de Apple.
Todavía es pronto para hablar de números concretos pero sabemos que el programa económico de reemplazo de baterías está teniendo un gran éxito y los analistas estiman que sólo por esa medida Apple podría vender 16 millones de iPhone menos en 2018. Si a esto sumamos el posible impacto de poder desactivar el modo de bajo consumo las conclusiones son claras, Apple va a tener que reducir sus previsiones de ventas de nuevos iPhone de forma sustancial.