El sector smartphone es uno de los más agresivos y complicados del momento. Los principales vendedores han adoptado una estrategia muy competitiva ya que renuevan catálogo de terminales prácticamente cada año, pero la realidad es que los usuarios prefieren un mayor soporte.
Los usuarios son cada vez más cautelosos con sus nuevos smartphones; los protegen y los tratan con sumo cuidado para intentar alargar al máximo su vida útil y poder aprovecharlos en ciclos de hasta cuatro o cinco años, pero al final se acaban encontrando con una falta de soporte que en algunos casos acaba forzando al consumidor a renovar su terminal antes de tiempo.
Esto representa un problema claro, sobre todo en aquellos casos en los que el cliente tiene un smartphone plenamente funcional que se adapta totalmente a sus necesidades y que sólo necesitaría mayor soporte, un tema espinoso que afecta principalmente al ecosistema de dispositivos Android.
El incremento del precio y las mayores prestaciones que ofrecen los nuevos smartphones son las dos principales razones que llevan a los usuarios evitar una renovación cada dos años, según Chetan Sharma, CEO de Chetan Sharma Consulting.
En su opinión Apple se dio cuenta de ese cambio en los consumidores y supo adaptarse a ello. Actualmente la firma de la manzana es la única que está ofreciendo ciclos de soporte de entre cuatro y cinco años en sus smartphones mientras que sus principales rivales basados en Android se limitan a dos años.
Esto da valor a la marca y a sus productos y anima al cliente a comprar un iPhone a pesar de que pueda encontrar modelos basados en Android que sean más económicos, ya que cambio disfrutará de un mayor soporte.
El sector quiere mantener al cliente en el ciclo de renovación de dos años, un desafío que se enfrenta de formas diversas aunque sin duda una de las más importantes es la posibilidad de cambiar un smartphone «antiguo» por otro nuevo.