Tarde o temprano la compra de Whole Foods tenía que ser rentable para el portfolio tecnológico de Amazon. Y así lo es. El gigante está invadiendo los supermercados americanos con sus Echo, Kindle y Kindle Fire para aprovechar el tirón de estos establecimientos. La oportunidad, y más de cara al Black Friday y navidades, es clara.
Amazon ha comenzado a introducir expositores con sus productos tecnológicos en establecimientos de Denver, Chicago, Michigan, Florida y California. Entre 300 y 500 metros cuadrados de espacio para mostrar sus lectores de libros electrónicos, tablets o asistentes de compras. Estos se ofrecen con descuentos de 20 o 30 dólares que incentivan además la compra.
El objetivo de Amazon es mucho más ambicioso. El gigante busca introducir estas pequeñas áreas comerciales en la red de 470 tiendas de Whole Foods con lo que construiría el ecosistema de retail físico que tanto tiempo lleva buscando. El proceso le llevará unos 18 meses.
Aunque la tienda on-line comenzó su trayectoria hacia la venta física con establecimientos propios, parece que su estrategia se ha modificado. Amazon se apoya ahora en el engranaje de los supermercados, por el que pagó 13.700 millones de dólares, para extender su poderío más allá de Internet.
No es el único que ve el valor de la tienda física. Alibaba o Xiaomi han entendido que su ecosistema on-line puede ser muy poderoso pero que sin una presencia real no puede llegar a ciertos clientes.