El porcentaje todavía es pequeño pero comienza a ser significativo. Tim Kendall, presidente de Pinterest, confirmaba a Recode que el 10% de sus imágenes permiten acceder a una compra. Una situación que el portavoz espera cambiar en un corto plazo de tiempo.
Hace tiempo que Pinterest optó por su particular forma de rentabilizar su comunidad. Los Buyables Pin eran la forma de hacerlo ofreciendo la posibilidad de subir imágenes con productos que después se podrían comprar. La herramienta, tal y como admitía su máximo responsable, todavía es usada por pocos:
«Solo un pequeño grupo de usuarios de Pinternet quiere comprar. Todavía muchos van directamente al vendedor para hacer la transacción».
En definitiva un problema de concepto que lleva a muchos vendedores a realizar acciones en Pinterest como anuncios pero sin aprovechar la ventaja de la compra directa. Sin embargo, otros muchos pasan desapercibidos porque «el 97% de los productos no están fichados por lo que los usuarios no saben dónde tienen que ir para comprarlos», añade el directivo.
El problema de Pinterest es prácticamente el problema de todas las redes sociales: la incapacidad de conseguir que los usuarios compren dentro de sus comunidades. Por uno u otro motivo lo cierto es que la compra social no ha funcionado como cabría esperar, pese a los esfuerzos, recursos y servicios puesto por, entre otros, Facebook o Twitter.
Y es que aunque los usuarios no estén dispuestos a realizar la transacción final, las redes sociales si que son un espacio interesante para las empresas. A diario los usuarios hablan, comentan e interaccionan con las marcas creando así comunidades en las que la reputación sube o baja dependiendo del caso. Todo un universo de marketing.
Así pues de una forma u otra estar presentes en las redes sociales hace mucho tiempo que pasó a ser prácticamente obligación. Un requerimiento que ayuda a las empresas a posicionarse, hacerse visibles y en última instancia, vender.