Tras Huawei, Vivo u Oppo, Xiaomi es una de las grandes referencia en movilidad de China. Lo que comenzó como una start-up hace seis años se ha convertido en una corporación que en el segundo trimestre de 2017 ha vendido 23,16 millones de smartphones. Un montante que busca seguir creciendo apoyado en otras líneas de negocio como los televisores o los portátiles.
El número de smartphones vendidos por Xiaomi de abril a junio ha sido un 70% mayor que en del trimestre anterior. Así se marca, según comenta la compañía, nuevos hitos que continuarán. La inyección de un crédito de 1.000 millones de dólares ayudarán, sobre todo, a continuar competiendo en un terreno cada vez más complicado.
El impulso monetario a tres años se utilizará para reforzar la red de tiendas físicas -su objetivo era llegar a las 1.000 en tres años– así como la expansión internacional que todavía es una tarea pendiente en territorios como el europeo donde no cuenta con un canal oficial. Además, será bienvenido en su plan de diversificación de productos con áreas ya abiertas como la de los PC, accesorios o televisores.
Sin embargo, su gran baza sigue siendo la estrella que le coronó. Su aspiración está en enviar 100 millones de smarpthones para el año que viene e ingresar entorno a 14.700 millones de dólares durante este 2017. Retos interesantes para los que se ha reajustado evitando así empeorar sus cifras que en los últimos tiempos han sufrido ligeros batacazos.