Toshiba y WD han anunciado la apertura de una planta conjunta de fabricación de memorias flash, base entre otros productos de las SSD en plena expansión para convertirse en el gran estándar en almacenamiento masivo.
La construcción de la fábrica comenzó en septiembre de 2014 mediante una joint-venture entre Toshiba y SanDisk. Tras la compra de ésta por WD, el gigante de la fabricación de discos duros se ha convertido en socio de la firma japonesa.
Ambas tienen intención de ampliar la capacidad de la instalación en el futuro, dependiendo de una demanda que no hace más que crecer, incluso ante la caída del mercado PC.
Todo apunta que Western Digital, recordemos el mayor fabricante mundial de discos duros, no es ajeno a la explosión de ventas de SSD frente a los discos duros y se prepara para el futuro como hizo con la compra de SanDisk, «en la transformación de Western Digital en una compañía de soluciones de almacenamiento con escala global, amplios activos de productos y tecnologías, y experiencia profunda en la memoria no volátil (NVM)», comentaron.
Western Digital duplicará así su mercado objetivo y ampliará su participación en los segmentos de mayor crecimiento. La combinación también permite una integración vertical en NAND y asegura el acceso a largo plazo a la tecnología de estado sólido a un costo menor.
La tendencia parece clara, menos discos duros y más SSDs al menos en el mercado de consumo. Seagate, el otro gigante del almacenamiento, anunció la semana pasada una ampliación de su plan de reestructuración que contempla el despido de 6.500 empleados, el 14% de su plantilla.