Adiós al equipo de 25 personas que trabajaban en el área de comercio electrónico de Twitter. Jack Dorsey, CEO de la corporación ha aniquilado a esta plantilla dando un mensaje claro y para muchos evidente: las compras no funcionan dentro de la plataforma social.
El equipo desmantelado fue el encargado de crear el famoso botón de comprar o las páginas de productos. Iniciativas que pretendían propulsar el microblogging como algo más que una red social y convertirlo en un lugar para comprar y vender. Pero no ha dado el resultado.
El cierre de esta unidad no significa el fin del botón de comprar de Twitter. La compañía integra estos proyectos dentro de sus otras divisiones de servicios al cliente y productos publicitarios dinámicos como parte de su reestructuración para intentar salvar su particular crisis de búsqueda de negocio.
Twitter no es el único que no conseguido dar con la tecla en la compra social. Facebook, Pinterest o Instagram llevan tiempo probando diferentes funcionalidades para conseguir que sus usuarios se conviertan en clientes de las marcas dispuestas a pagar por ellos.
Sin embargo, al igual que en el área de pagos desde redes sociales, pocos intentos han surtido efecto. Los internautas buscan en las redes sociales un espacio de distracción, información y entretenimiento donde prefieren nutrirse de opiniones o recomendaciones. Y quizás ese es el fin último de estas comunidades.
Aún así, el 9% de los usuarios opta por esta vía comercial. Un porcentaje muy reducido pero que tiene un perfil influyente, según corroborada el último estudio de la IAB Spain. Datos que hacen que las redes sociales sean, de una forma u otra, claves para las marcas y los vendedores.