Adquirir un dispositivo supone acceder a Internet u otras funciones donde se va registrando información. Datos de todo tipo que sin querer, ni en muchos casos ser consciente, está ofreciendo al OEM del software, hardware o servicio para su futuro uso.
Los usuarios son subjetivos a la hora de proveer información personal. En una encuesta de Pew Research se advierte que el grado de exposición al que acceden depende de la contrapartida que se ofrezca y la percepción del riesgo. Así, el 54% de los consultados permitirían una cámara de reconocimiento facial en su oficina para evitar robos pero solo el 27% dejarían que un termostato inteligente controlará sus pasos para regular la temperatura del hogar y ahorrar.
Solo el 27% de los usuarios darían acceso a sus datos a un termostato inteligente
Algunos como Google han basado en esta información gran parte de su negocio. La ubicación de los usuarios o registro de búsquedas, por ejemplo, le ayudan a saber con más o menos exactitud el usuario que tiene delante. Un perfil que utilizan para lanzar diferentes mensajes que redundan en ingresos.
Por supuesto, no es la única. Otros claros ejemplos como Facebook o Twitter utilizan la información de sus usuarios para conformar sus modelos de negocio.
Pero ¿Cuál es esa información que los consumidores dan sin ser conscientes? ¿Qué tipo de información puede ser la más valiosa para nuestro negocio? ¿Es legítimo el uso de esos datos?
Conocer a nuestros clientes actuales y potenciales es el fin último de una estrategia de marketing. De ahí que los datos sean tan importantes. Algunos nos los tendrán que dar para las gestiones pertinentes pero otros muchos podremos averiguar sin preguntar:
Pero todo estos datos no se pueden obtener sin más. Las empresas deben advertir a los usuarios, en su política de privacidad u otros mensajes legales, que van a recoger esa información y cómo lo van a utilizar. Pasos básicos para cumplir con la ley de cada país.
Como todo, el conocimiento de estos valores tiene su lado negativo. Por un lado, es necesario contar con una seguridad que permita garantizar la protección de esa información. Muchos de esos datos pueden ser utilizados por cibercriminales de forma fraudulenta.
Por otro lado, obtener datos y datos sin más objetivos no tiene mucho sentido. Podemos tener millones de datos de nuestros usuarios pero sino nos paramos analizarlos y sacar conclusiones en beneficio del negocio, no conseguiremos demasiado. Y esto requiere tiempo, esfuerzo y soluciones ad hoc.