El fenómeno del negocio drone no cesa de mostrar interesantes proyectos de éxito. El CES 2016 ha sido un escaparate para este terreno que ha tenido una especial atención también durante la pasada campaña navideña. El último caso es Lily, un drone que ha conseguido vender por valor de 34 millones de dólares en menos de un año de vida.
Sus creadores, dos estudiantes de la Universidad de Berkeley (California), se plantearon un dispositivo que no solo pudiera planear como otros homólogos sino que siguiera a su dueño en las actividades que realiza. Una característica diferencial a la que se le suman otras como grabación HD (1080p), 20 minutos de autonomía y resistencia al agua.
Tal y como confirman a Business Insider, el drone Lily ha conseguido 60.000 pre-reservas a través de las plataformas Kickstarter e Indiegogo desde donde se lanzó el producto para conseguir la financiación necesaria hace 8 meses.
Así, las ventas ya superan el valor de 34 millones de dólares ya Lily viene a costar 799 dólares en oferta de prelanzamiento y alcanzará los 999 dólares cuando se comercialice oficialmente.
Un negocio por explotar
El drone Lily viene a demostrar varias cosas. Por un lado, la fuerza que está adquiriendo un sector que comenzó como un juego de Amazon pero que se ha convertido en un verdadero foco de atención no solo a nivel empresarial sino también, e incluso más si cabe, en consumo.
Además, este drone nacido de dos estudiantes viene a reafirmar la idea de que la diferenciación puede ser la clave del éxito. Lily podría ser un dispositivo volador más sino fuera porque cuenta con esa nueva especificación que aporta valor. Y ya sabemos que el valor en tecnología cuenta por dos.