Los síntomas de un cliente tecnológicamente obsoleto

La experiencia nos puede ayudar a detectar si estamos ante un cliente tecnológicamente obsoleto. Sin embargo, no siempre lo podemos tener claro a primera vista y muchas impresiones premeditadas pueden ser desacertadas. Valorar la situación y ver los síntomas más típicos nos puede ayudar.

Hay muchos parámetros que describen al cliente tecnológicamente obsoleto. Ya sea a nivel de consumidor final como corporativo, hay reglas que se cumplen en ambos casos y nos adelantan que tenemos mucho trabajo que hacer para conseguir una actualización tecnológica.

Los síntomas

Antes de hacer cualquier valoración debemos saber un poco más del cliente. Conocer su entorno o hacer algunas preguntas claras que nos hagan ponernos en situación. Estos son los síntomas generales a atender para detectar a ese cliente que es una oportunidad:

  • Descripción: quién es, en qué trabaja… preguntas de este tipo son claves para empezar a conocer al usuario. No es necesario saber nada sobre su vida privada pero si tener ciertas pinceladas personales que nos hagan ubicarnos para además dar un trato más personalizado.
  • Conocimientos: hay ciertas preguntas que nos pueden ayudar a saber qué sabe nuestro cliente. «¿Qué sistema operativo utilizas? ¿Es un teléfono Android? o ¿Qué antivirus has instalado?» son preguntas muy básicas que con sus respuestas podemos saber hasta qué punto sabe.
  • Parque tecnológico: si el cliente llega a nuestra tienda con un portátil o impresora de hace 15 años, es evidente que su interés tecnológico es bajo. Por tanto, lo más habitual es que sus conocimientos también lo sean. Prestar atención a ese detalle puede ser una oportunidad.

Cuando estamos ante un cliente corporativo, debemos fijarnos en alguna cuestión más que nos dé más datos para abordar nuevos proyectos.

  • Presencia digital: página web, perfil en LinkedIn o Facebook. Todo ello son síntomas que nos pueden alertan ante que tipo de cliente estamos. Ver como las utiliza y en qué estado están también nos dará más detalles.
  • Nuevas tendencias: cloud, virtualización o Big Data, ¿hasta qué punto conoce el cliente estos mercados? ¿tiene alguna solución al respecto? Estos datos nos darán más información sobre hasta dónde está habituado a la transformación tecnológica o si todavía es un cuento chino para esa empresa.
  • Seguridad: un punto clave al que le hemos querido dar un apartado especial. Conocer el estado de protección corporativo es vital. No solo para saber si realmente están concienciados con los riesgos y la tecnología sino también para promover prácticas seguras y soluciones adaptadas.

En cualquier caso no solo debemos valorar al cliente en cuestión y su oportunidad tecnológica, también tendremos que estar atentos a su personalidad. Cada uno es un mundo y dependiendo a quien tengamos delante deberemos actuar de una forma u otra.