El director de canal de Samsung, Ángel Herrero, estuvo en nuestra mesa redonda «La tecnología al servicio del retail: soluciones y servicios». Como tal dio su perspectiva como fabricante que cuenta con un amplio portfolio de señalización digital y movilidad para las tiendas. Pero ¿Saben los comercios todo lo que aporta la tecnología?
«La tecnología puede ahorrar a las tiendas horas y horas de gestión o análisis», comentaba el responsable de canal. «Además, la tecnología puede subsanar procesos insatisfactorios como las colas para pagar, la comunicación con el cliente cuando no hay dependientes disponibles o el proceso de realizar un pedido desde una tienda física», explicaba Ángel Herrero.
Sin embargo, todavía el canal no ha sabido hacer llegar a las tiendas ese potencial. «Las grandes si se están adaptando con nuevas soluciones tecnológicas. Son el inicio de una oleada donde hay mucho que aportar». Un proceso en el que los competidores también tienen mucho que decir: «si un comercio ve que sus rivales apuestan por una solución, se interesa. Es una transición que debemos acelerar».
Unos procesos más ágiles que podrían dar más valor a los clientes. «Los usuarios necesitan más valor en la tienda clásica. Muchos no tienen tiempo para buscar en las webs o incluso muchas veces no saben lo que quieren. Los fabricantes a veces tenemos la culpa de ello porque no se lo ponemos fácil», autocriticaba el responsable de Samsung.
Y es que los clientes no quieren ser meros clientes. «Los jóvenes van a algunos sitios y a otros, no. Hay que analizar por qué y buscar fórmulas que les hagan estar mejor atendidos y ser clientes proactivos que quieran interactuar con la marca. En este sentido, el elemento social es vital», recalcaba Ángel Herrero.
Al hablar del comercio electrónico, Ángel Herrero confirmaba la tendencia hacia lo on-line pero no se olvidaba de la necesidad de mantener lo off-line: «se están luchando mucho para que las calles estén vivas con comercios. Se busca el consumo clásico porque se necesita que en las calles haya gente o ¿Queremos ciudades desiertas?», interrogaba retóricamente el responsable.