Cuando hablamos de los discos duros y los SSDs normalmente la valoración de ambos se suele centrar sobremanera en el rendimiento, dejando en un segundo plano otros aspectos que, ciertamente, tienen incluso mayor importancia.
No hay duda, actualmente los SSDs tienen a su favor el alto nivel de rendimiento que ofrecen, pero esta gran virtud no marca siempre una ventaja definitiva, ya que no todos los usuarios necesitan unas velocidades de transferencia tan elevadas.
Con ese planteamiento tan simple volvemos al tema de siempre, antes de recomendar una compra hay que conocer las necesidades exactas de cada persona, ya que de lo contrario estaremos haciendo una mala recomendación, con todo lo que ello conlleva en términos de imagen, reputación y satisfacción.
El gran punto clave a la hora de decantarse por la compra de un HDD o de un SSD es el uso que el vamos a dar. Dentro de este criterio tan sencillo entran en juego numerosas valoraciones y apreciaciones que nos llevan por el buen camino.
Así, si una persona va a destinar una solución de almacenamiento a guardar grandes cantidades de información, a trabajos sencillos, como por ejemplo ofimática, navegación web o multimedia, vemos que un SSD no sería una buena compra, y los motivos son claros.
En primer lugar un SSD quedará corto de capacidad para los primeros, mientras que los restantes no sacarán un verdadero provecho de dicho producto en su día a día, y por tanto estaremos ante un gasto o inversión innecesaria.
Por contra, si vamos a utilizarlo en tareas exigentes, como juegos, por ejemplo, o queremos montar un equipo totalmente silencioso la elección de un SSD se ve justificada en mayor medida y sí, puede ser recomendable, aunque en la mayoría de estos casos resulta conveniente acompañar dicho SSD con un HDD como dispositivo secundario, ya que con ello evitaremos sufrir importantes limitaciones de capacidad.
En este sentido el WD Black 2 es una opción a tener en cuenta, ya que ofrece lo mejor de los dos mundos en un sólo dispositivo al integrar SSD y HDD, por lo que disfrutaremos de un alto nivel de rendimiento y una gran capacidad de almacenamiento.
A la vista de lo expuesto podemos concluir que a día de hoy un HDD sigue siendo la mejor elección para la mayoría de los consumidores, dada su relación precio-prestaciones-fiabilidad, teniendo en mente las necesidades generales del usuario medio.