Cambio de logo ¿Cómo hacerlo?

El nombre y el logo es prácticamente el primer contacto que suele tener un cliente con una marca. Por ello, es vital que esté adaptado a los nuevos tiempo y sea fácilmente identificable. Sin embargo, el paso del tiempo y las modas hacen mucho daño a estos símbolos y hacen que sea necesario el cambio.

Si estamos en ese momento de transición, tenemos que pararnos a reflexionar. Un cambio de logo es un hecho suficientemente importante cómo para tomarse su tiempo. Pararse, asegurarse que es lo que queremos y cómo lo haremos es esencial para que el cambio sea lo menos traumático posible.

Por regla general, los cambios no suelen ser bien recibidos en los humanos. Nos cuesta aclimatarnos y eso unido a la comodidad de que todo siga su curso, hace que se tengan recelos a la transformación. No obstante, a veces son inevitables e incluso, obligatorios.

En qué pensar

Ya estamos decididos a cambiar nuestro logo. Nos hemos dado cuenta de que estamos anticuados y queremos que nuestra imagen sea más actual. Un hecho clave que quizás no hizo a tiempo franquicias como Radioshack y le están llevando a lo más hondo del agujero pero que a Pepsi le ayudó a volver a crecer.

Lo primero que tenemos que pensar es ¿Por qué vamos a cambiar el logo o la imagen completa? Estas son algunas justificaciones:

  • El diseño está desfasado
  • Cambio de estrategia corporativa
  • El diseño no corresponde con la imagen
  • Expansión de la empresa
  • Integración en otra franquicia/compañía

 

Una vez que tenemos claro que queremos cambiar por algunos de estos motivos u otros con el mismo peso, es hora de pensar en un cambio total o parcial. Aunque ambos son igualmente importantes, a ojos de los clientes no tienen la misma relevancia ni provocan las mismas reacciones.

Si el cambio va a ser total -logo y nombre- debemos tener en cuenta que los consumidores tendrán que aprender a convivir con una nueva marca totalmente diferente. Por ello, la comunicación debe comenzar antes del cambio, ser agresiva y mantenerla en el tiempo.

Sin embargo, por lo general en la mayor parte de los casos, el cambio del logo es más que suficiente. Si solo queremos renovar nuestra imagen con un nuevo logo debemos ser conscientes de lo que queremos expresar y estar atentos a las tendencias actuales.

Aunque hace unos años el logo con una imagen de contexto era lo más recurrido, los tiempos cambian. Ahora mismo las tendencias muestran logos más conceptuales, con formas más geométricos o letras superpuestas. Lo que prima es explicar de una forma abstracta a que nos dedicamos pero, sobre todo, llamar la atención para que los usuarios se acerquen.

 

 

Logo de Premios Small & Smart, organizado por MuyPymes

Ya que el cambio de logo tiene su riesgo, lo mejor es contar con la experiencia de un buen profesional que nos sepa asesorar y guiar en la transformación corporativa. Una vez realizado el nuevo diseño debemos planificar una estrategia de acción con un gran componente de comunicación.

Fracasos y éxitos

No solo los pequeños tienen fracasos. Los grandes que han cambiado su logo han demostrado que esta acción conlleva muchos riesgos, sobre todo, de no tomarse suficiente tiempo para hacer las cosas. Pero también puede tener enormes beneficios. Os damos ejemplos en ambos sentidos.

Antes de ser Accenture, la consultora era conocida como Andersen Consulting. El cambio, realizado en 2000, vino provocado por las ansias de la empresa de ser más global. Sin embargo, muchos vieron en el nombre Accenture un término carente de valor y que no decía nada al gran consumidor.

La compañía americana de textil GAP tuvo un gran error en su cambio de logo en 2010. La empresa pasó de la noche a la mañana a una imagen totalmente diferente que desubicó totalmente a sus clientes. Quizás por ello, fue tan mal asimilada y no tuvo el impacto positivo que se espera. GAP volvió a su logo tradicional en menos de 6 días.

En el lado opuesto de la balanza nos encontramos con casos de éxito que, pese a no cumplir todas las reglas establecidas, han conseguido ser un triunfo. La transformación de los logos de IBM o Apple a lo largo de los años demuestran cómo los gigantes se han ido adaptando a los tiempos.

También es curioso ver cómo Google combinando colores nada recomendables entre sí, una tipografía poco usada en logos y la sobra ha hecho que las réplicas en todos sus productos sean fácilmente reconocible.

Compartir