Raspberry Pi, la placa con arquitectura ARM de tamaño tarjeta de crédito, con sistema operativo Linux y destinada a la creación de miniordenadores, sigue vendiéndose a buen ritmo y ha superado las 2,5 millones de unidades.
Aunque el objetivo inicial de Raspberry Pi era enseñar ciencias de la computación en las escuelas, su tirón entre el público en general está siendo notable. Y es lógico para una placa que cuesta solamente 35 dólares, ofreciendo en su última versión un chip ARM a 700 MHz, 512 Mbytes de RAM, ranura de SD, conector microUSB, Ethernet, y salidas de vídeo RCA y HDMI.
La apertura de tienda de aplicaciones propia, Pi Store, disponible desde la Web y a través de un cliente descargable y que ofrece tanto aplicaciones y juegos gratuitos como de pago, es un aliciente más para su compra.
El éxito de Raspberry Pi ha animado a otros fabricantes que han puesto en el mercado un buen número de modelos mini-PC destinados a uso comercial para todas las plataformas y con precios para ocupar todos los segmentos del mercado.
Como tope de gama de este segmento mini destaca el NUC de Intel, un dispositivo cuadrado de 12 centímetros que cabe en la palma de la mano pero que ofrece la potencia y conectividad de una computadora de sobremesa. Su precio es diez veces el del Raspberry Pi aunque su potencial es obviamente superior. El mini-PC sigue cotizando al alza en medio del frenazo a las ventas del ordenador personal.